lunes, 21 de mayo de 2007

La extraña vida de la mujer de Roses

Este es el texto del reportaje de Mayka Navarro, escrito en El Periódico (en castellano).

La extraña vida de la mujer muerta en Roses sale a la luz
-- El cuerpo momificado será incinerado y lascenizas se arrojarán al mar
-- Los hijos supieron el lunes que el piso había sido subastado con su madre dentro

La última vez que María Luisa Zamora habló con sus cinco hijos, en diciembre del 2002 y por teléfono, les pidió, les rogó y casi les suplicó que la dejaran en paz. Que quería estar sola. Que no la buscaran más. Y los hijos de la mujer cuyo cadáver momificado fue hallado el sábado pasado en un apartamento de Roses (Alt Empordà) no hicieron más que cumplir a rajatabla el último deseo de su madre. "Están destrozados. Su madre les abandonó hace 21 años. Reapareció hace siete, ellos se entusiasmaron, pero ella se volvió a marchar. Y ahora todo esto. El dolor es inmenso pero le aseguro que he criado a los cinco sin odio ni rencor, por eso ahora la están llorando".
Carmen, quien así habla, se casó con el marido de María Luisa Zamora tres años después de que esta saliera una mañana de su casa en Móstoles para ir al banco y no regresara nunca más. En su casa de esta ciudad madrileña abandonó a cinco hijos que entonces tenían 2, 3, 11, 13 y 15 años. A Carmen la localizó el martes el Diari de Girona y ayer habló por teléfono con este diario.
Desconcertado y asesorado por un amigo abogado, el marido denunció hace dos décadas la desaparición de su mujer en la comisaría de Móstoles y otro amigo periodista publicó su fotografía en Diario 16. La dueña de un hostal de Barcelona reconoció a la mujer, pues se hospedaba en una de sus habitaciones. "Cuando mi marido llegó, ella ya se había ido. Aún se pasó tres días buscándola noche y día, pero ni rastro", relata Carmen.
En 1993, la madre de María Luisa, desesperada y sin ninguna noticia de su hija, se puso en contacto con un programa de televisión de la época. La mujer apareció antre las cámaras e hizo un llamamiento desesperado. La dirección del espacio pidió que presentara una nueva denuncia en comisaría, y así lo hizo, el 23 de junio de 1993, en la de su barrio, La Latina, de Madrid, .
Siete años después, María Luisa reapareció una mañana por sorpresa en la casa de su madre. "Claro que sus hijos la perdonaron. Hiciera lo que hiciera, era su madre", prosigue Carmen. Le preguntaron por qué les abandonó. Y la quisieron comprender, porque semanas después el mayor acompañó a su madre a Roses para solucionar un problema. Pocos días después regresaron a Madrid, pero tres meses más tarde ella volvió a desaparecer. "La llamaron, la buscaron pero no se dejó encontrar. Mis hijos --y digo que son míos porque los he criado yo-- se rompieron de nuevo de pena". No supieron nada más de la mujer hasta diciembre del 2002, cuando la buscaron para anunciarle que había muerto la abuela. Y fue cuando ella les pidió y exigió que la olvidaran para siempre.
Hasta el lunes pasado que los Mossos d'Esquadra les comunicaron el hallazgo del cadáver. Los dos hijos mayores de María Luisa y dos hermanos de la fallecida se trasladaron ayer al tanatorio Vicenç de Figueres para hacerse cargo del cadáver. Anoche, Miguel Ángel, el hijo pequeño, contó que habían decidido incinerar el cuerpo y arrojar las cenizas al mar, en Barcelona. ¿Por qué? "Quería estar sola. Allí estará tranquila y en paz".

¿CÓMO SE SUBASTA UNA PROPIEDAD CON CADÁVER?
LA NOTIFICACIÓN
A María Luisa Zamora nadie le notificó que un juzgado tramitaba una demanda por impago de los plazos de su hipoteca, porque estaba muerta. ¿Cómo puede salir adelante un procedimiento judicial sin que llegue a notificarse al afectado? "La notificación es preceptiva, antes de que el acreedor presente la demanda o a posteriori, y también antes de la subasta", explica Yvonne Pavía, experta en derecho inmobiliario. "Y no vale tirar un papel por debajo de la puerta". "En la causa debe constar la firma del afectado o de alguien de su entorno aceptando la notificación".
EL EDICTO
Pero si los acreedores o el personal judicial no encuentran nunca en su casa al afectado, la causa no se paraliza. "En caso extremo, la ley prevé que pueda publicarse un edicto que le da por enterado", explica la letrada.
COMPRAR SIN VER
El caso, no obstante, tiene aún otra incógnita: ¿cómo es posible que el comprador de un piso en una subasta no tenga interés por verlo antes de pagar una suma tan importante como el precio de una vivienda? Si Jordi Giró hubiese entrado en el inmueble antes de acudir a la subasta, ya habría encontrado a la mujer muerta.
"La ley de enjuiciamiento civil, aprobada en el 2001, mejoró muchísimo el funcionamiento de las subastas, pero dejó algunos inconvenientes. Por ejemplo, el comprador --explica Pavía-- no sabe lo que compra".
LOS RESIDENTES
La respuesta a por qué la ley no permite esa visión previa a la compra es compleja. En muchos casos los impagos de hipoteca los protagonizan deudores sin dinero para pagar y que resisten en la vivienda. Los particulares no pueden sacarlos a la fuerza. Hay que pedir a un juez que lo haga.

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