sábado, 5 de noviembre de 2005

No me cuentes películas

Estas son las reflexiones sobre la crítica, escritas por Diego Galán en El País, ayer, 4 de noviembre, con el título de "No me cuentes películas"

La crítica cinematográfica (en España) es un ejercicio intelectual completamente alejado de la realidad" ya que estamos en un país "donde más del 50% de la población confiesa sin rubor no leer nada". Lo asegura el periodista y reciente director de cine Ramón de España en Fotogramas que, curiosamente, es una revista cinéfila cuyos lectores buscan información y crítica. El caso es que los propios críticos están de acuerdo con el periodista; al menos, así lo manifestaron en un cursillo celebrado este verano: "Es un oficio abocado a la extinción, ya que nada puede hacer una crítica contra el poderío de la publicidad".

Pero es que muchas veces la publicidad se alimenta precisamente de lo que han dicho los críticos, en ocasiones manipulando lo escrito (no es lo mismo "las actrices impregnan sus personajes de un humor inteligente", que un simple "¡humor inteligente!"), pero como todo el mundo sabe, incluidos los distribuidores, el público se estimula con dichos comentarios. Algo tendrá el agua cuando la bendicen.

Contra el pobre crítico, bueno o malo, que de todo hay en la viña, arremeten todos: los lectores que alguna vez les hicieron caso y salieron del cine defraudados, y naturalmente los directores y productores, siempre seguros de haber hecho un buen trabajo. "Nadie de niño ha soñado con ser crítico de cine", despotricaba Truffaut, que curiosamente había sido crítico duro antes que fraile.

La cuestión, según Ramón de España, es que a veces los críticos españoles pontifican, son redichos y confusos, o insultan en lugar de informar. Y que cuando se equivocan, hacen daño. Según para qué película, la crítica es fundamental. No es lo mismo meterse con grandes producciones americanas o contra el Torrente de Santiago Segura que con una película pequeña, que no tiene dinero para la promoción. Por ejemplo, Esperando la carroza, la estrafalaria comedia argentina de hace 20 años, recientemente estrenada entre nosotros, que en su país se considera todo un clásico, incluso con adaptaciones posteriores al teatro y al musical: algunos críticos españoles no la aceptaron, es más, creyeron que el papel de la abuela estaba interpretado por una mala actriz cuando en realidad se trata del caricato Antonio Gasalla, y pasó sin pena ni gloria: ahora se ha editado en DVD y, al parecer, está corriendo mejor suerte.

¿Qué hubiera sido de Fassbinder sin que la crítica le descubriera? (Se han editado ahora en DVD varias de sus películas coincidiendo con el 60º aniversario de su nacimiento). ¿Quién prestaría atención a Las llaves de casa, de Gianni Amelio, al fragmento de Eros dirigido por Wong Kar-Wai y hasta a la Arcadia de Costa Gavras sin su previo paseo por festivales y elogios críticos? ¿Qué hubiera sido de Woody Allen sin la crítica europea? Claro que tiene razón Ramón de España cuando piensa que la crítica podría ser mejor de lo que es actualmente, pero eso, amigo, pasa con todo. Incluidas bastantes películas.

Leer Mas...

viernes, 28 de octubre de 2005

Haro, por Miret Magdalena

Eduardo Haro Tecglen, el último rojo

por Enrique Miret Magdalena (El País. 28-10-2005)

Así decía de sí mismo Haro Tecglen. Y es verdad porque él lo fue siempre, en lo que yo conozco desde la época de la revista Triunfo.
Se manifestó como un escritor colocado en la izquierda. Una izquierda que no se afincaba en ningún partido, porque su postura era demasiado independiente para encerrarse en las filas cerradas de un partido.
Pero el tiempo pasa y lo que fue una valiente postura, que muchos seguíamos, hoy es raro encontrar un pensamiento tan independiente como el suyo, y por eso tenía a gala autodenominarse "el último rojo".
Una vez que dábamos unas conferencias en la Universidad Autónoma de Barcelona, varios escritores de la revista Triunfo ya desaparecida, fuimos invitados con el fin de recordar a los alumnos lo que fue esta publicación. Allí Haro alardeaba de ser el último rojo, pero yo le respondí: "Querido Eduardo, no eres tú solo un rojo, tú lo eres ciertamente desde tu increencia, pero yo también lo soy desde mi creencia". Entonces él me contestó: "Te lo concedo si me haces un hueco en el cielo". Y yo le contesté: "En lo que yo pueda, concedido".
En las últimas encuestas que hizo Gironella a cien españoles sobre Dios, Haro contestó tajantemente que él no creía en Dios ni en la otra vida; pero al mismo tiempo dijo que admiraba el Evangelio por su mensaje humano y social, que procuraba hacerle caso en algún modo.
Y es curioso que en eso que le atraía nos unimos los dos, porque yo creyente tampoco creo en el Dios que define el catecismo católico que aprendimos de niños, porque creo que es solamente el impulso creador que mueve todo hacia delante, y a la larga hacia más y mejor; pero es indefinible, como pensó san Agustín, y sólo se encuentra en la fuerza de absoluto que nos mueve a ser morales, o a entregarse al arte, la justicia, o la ciencia, como pensaba Einstein en su famosa confesión llamada El poster de Einstein.
Yo conocí a Haro cuando era corresponsal en París del periódico vespertino Informaciones, donde yo empecé a escribir movido por el que nombraron subdirector de este diario, Manolo Cerezales, marido de mi amiga la novelista Carmen Laforet, cuando había recibido un importante premio por su novela Nada.
Escribía entonces Eduardo en este periódico carlista, pero contrario en el fondo a Franco, y en el cual yo publicaba los sábados una plana religiosa.
Y cuando cambió de dueños Informaciones, y pasó a manos más conservadoras, no le volví a ver hasta que pasados años se convirtió la revista Triunfo en un semanario social, cultural y político, crítico en lo que se podía, usando la forma hábil de escribir indirectamente, única posible entonces, para insinuar con palabras de doble sentido lo que queríamos criticar de la situación española: Haro escribiendo críticamente de lo que pasaba allende nuestras fronteras, y que el lector entendía que era lo que pasaba en España; y yo valiéndome de las citas de grandes escritores cristianos antiguos que la censura no se atrevía a borrar.
Era ésta una revista de cine que se había convertido en cultural y social.
Los primeros que empezamos a hacer la transformación, apoyados por su director Ezcurra, fuimos Eduardo Haro, Pepe Monleón y yo. Y más tarde fueron adscribiéndose Carandell y Vázquez Montalbán.
Al poco tiempo se convirtió Haro en subdirector de la revista, que miraba todo con lupa, para que no se desviara del nuevo rumbo adquirido por este semanario, que se hizo pronto con el público que estaba disgustado con el régimen franquista.
Desde posturas religiosas distintas siempre dejó pasar Haro mis artículos sin poner ningún inconveniente, salvo uno en el que hablaba yo de un movimiento suizo llamado Rearme Moral que, a pesar de la labor social que hacía un poco ingenuamente, criticaba totalmente al régimen comunista, y eso no le gustó a Haro; aunque nunca perteneció al partido comunista, pero sus ideas izquierdistas le impedían que se publicase ese ingenuo artículo mío, que tenía dos caras y a él no le gustaba nada una de ellas.
También hice buena amistad con su actual mujer, procurando protegerla de las reacciones de su madre cuando se enteró de que salía con Haro siendo una chiquilla.
Nos veíamos poco Haro y yo salvo en alguna presentación de algún libro, o en el homenaje que le preparó Iñaki Gabilondo en el Círculo de Bellas Artes. Y ahora siento que por razones familiares no me fue posible asistir al homenaje del teatro Español, como hubiera sido mi deseo.
Creo que ha sido un fallo de la Real Academia de la Lengua no haberle nombrado académico, dada la pluma que tenía y la maestría de su lenguaje; pero alguien me dijo que había un académico que había asegurado que mientras él estuviera en la Academia impediría que Haro fuese académico. Si "non e vero, e ben trovato".
Al final van desapareciendo escritores tan necesarios e incisivos como Eduardo Haro Tecglen.
Y así va de mal en peor la cultura y con ella la política.

Leer Mas...

jueves, 20 de octubre de 2005

Haro, por Juan Cruz

Entre los diferentes retratos que hoy se han escrito sobre Eduardo Haro Tecglen, destaco aquí este artículo escrito por Juan Cruz en el diario El País.

Cuando el último día de junio de 2004 celebró con un grupo de amigos y celebridades sus 80 años, en un acto calurosísimo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, Eduardo Haro Tecglen era aún el periodista total que fue desde su adolescencia. Pero ya estaba herido por una melancolía que le convirtió, aun antes de llegar a aquella edad, en un escéptico que hizo de su columna diaria en EL PAÍS un manifiesto de la rabia de un rojo que se resistía a perder la guerra.

Eduardo Haro era madrileño; nació en Pozuelo de Alarcón en 1924 pero vivió siempre en el barrio de Chamberí, y durante los primeros años de su vida compartió calles y juegos con otro grande de su generación, Fernando Fernán-Gómez. Muchos años después, Eduardo Haro se decidió a escribir El niño republicano, acaso su mejor libro; entró en él con una reticencia propia del Haro huraño de los viejos tiempos, y salió de él purificado, y más querido aún por sus lectores, más reconciliado consigo mismo.

Recorrió España de cabo a rabo, contando aquella adolescencia con su madre por las calles de la República, en Madrid, pendiente de su padre, importante periodista de la época y condenado a muerte por el franquismo triunfante; finalmente, la pena le fue conmutada por 30 años de cárcel. De toda esa historia Haro salió rojo, y en los últimos años ese color ideológico fue el que le sirvió para identificarse.

El niño republicano fue el emblema con el que Haro se reivindicó a sí mismo ante la historia que él y su generación habían vivido. Fue su obra mayor, porque acaso en ella contó el tiempo más feliz de su vida, el que le dejó una huella más honda. Era el libro de un narrador. Pero él hizo periodismo de todo, y lo ejerció hasta el final. Dirigió durante 10 años un diario emblemático, España, de Tánger; entonces conoció a los grandes de la generación beat, desde Truman Capote a William Burroughs y Paul Bowles, y encontró en la vida cosmopolita la base de su horror a los nacionalismos y a las capillas. Fue corresponsal en París de Informaciones y trabajó en otros medios, donde siempre destacó por su rapidez y por su versatilidad.

De su experiencia internacional y de su curiosidad nació un Haro múltiple que ha pasado a la historia como uno de los dos grandes artífices de Triunfo, la revista que fundó y dirigió José Ángel Ezcurra. Haro Tecglen fue durante 20 años en Triunfo un hombre orquesta que asumió varias identidades y una sola personalidad, la del periodista que no quiere que nada escape a sus pasiones.

Cuando cerró Triunfo, se incorporó inmediatamente a EL PAÍS. Ya colaboraba como miembro del equipo editorial, e ingresó en el periódico también para ocuparse de la crítica teatral. Se distinguió por ocuparse del teatro en todas sus múltiples facetas y, del mismo modo que se ocupaba de los grandes espectáculos nacionales o internacionales, se adentraba en las salas alternativas, en las que su figura era esperada, temida o saludada como se percibió siempre la presencia de los críticos implacables.

En los últimos años añadió a esa dedicación su columna diaria, Visto / Oído. Por ahí han empezado muchos lectores a leer EL PAÍS cada día, y eso lo tenía Haro como un gran elogio.

Era un hombre alto, robusto; durante una época esa presencia física le hizo parecer lejano e incluso altanero; la aparición de El niño republicano le acercó más a la gente, en un periodo, además, en que ya su presencia era cotidiana y su escritura, sincopada, urgente, autocrítica -respondía al teléfono y decía: "Aquí, el pobre Haro"-, pasó a formar parte del imaginario imprescindible de muchos lectores de todas las generaciones.

Ese éxito que tuvo con el público, con ese libro y con sus apariciones diarias o semanales en la cadena SER, le convirtieron en un hombre muy popular. La vida, sin embargo, le estaba resultando sumamente esquiva. La muerte de cuatro de sus hijos fue, entre todos los golpes de su biografía, los más crueles, los más determinantes. "Eso es dolor perpetuo", nos dijo. Esa herida, y la sensación, que él hacía explícita, de que el mundo que se iba viviendo ya no era el suyo, se abalanzaron sobre su modo de ser, y ya en los últimos tiempos el Haro escéptico se hizo el dueño de todos los Haro que fuimos conociendo a lo largo del tiempo.

Tuvo todos los premios que uno pueda imaginar en el campo de la defensa de los derechos humanos; eran, decía él, "premios de rojo". Y escribió, también, libros de rojo: Fascismo, génesis y desarrollo, La guerra de Nueva York, Qué estafa, El hijo del siglo, Ser de izquierdas... o la conversación La buena memoria, en la que Diego Galán recogió las memorias de Haro y Fernán-Gómez.

En los últimos tiempos, acaso para vengarse del mundo, integró todos aquellos Haro de los mil seudónimos en uno solo, y el resultado han sido estas columnas que escribió en EL PAÍS: rabiosas, cáusticas, las columnas de un rojo que se resiste a perder la guerra.

Leer Mas...

viernes, 26 de agosto de 2005

Catalonia, per Matthew Tree

Fragmentos del artículo de la sección Catalonia, publicada por Matthew Tree en El Periódico de Catalunya, el jueves 24 de agosto.

Cóbreme, por favor
En Inglaterra hay que seguir una especie de protocolo a la hora de pedir lo que se quiere en un bar. Asimismo, el barman, cuando se dirige al cliente de turno, suele usar el condicional (que indica buenas maneras): ¿Qué le apetecería? Acto seguido le toca al cliente, claro está, pedir lo que desea, pero pobre de él si no añade un please tan automático como esencial. (Si no pronuncia este please, es posible que el barman se haga el sordo y pase a atender a otro cliente).
Es imaginable mi sorpresa inicial al llegar aquí y ver que un porcentaje alto de los clientes de los bares catalanes no decían "por favor" cada dos por tres. Había tipos que no lo decían ni una sola vez: entraban en un local, decían hola, quizás, y antes de que el barman les pudiera contestar, ya habían gritado el pedido: "¡Un café con leche!", "¡Un quinto!", "¡Un trifásico!". ¡Y les servía sin inmutarse!
Todavía más fuerte para mí era el comportamiento de algunos clientes (... ). Hacían un ruido bastante agresivo con la lengua y los dientes, una especie de ¡tssssst! prolongado, como si el camarero fuera un perro extraviado. Y ese camarero iba hacia ellos y les atendía con la misma eficacia que si le hubieran tratado como una persona. Extraordinario.
Hasta que empecé a entender, a base de observarlo un día tras otro, que se trataba siempre de clientes de toda la vida, que conocían al camarero personalmente, y, como tenían prisa, preferían un par de indicaciones directas y rápidas a un protocolo más elaborado. (...) Noté, por otro lado, que los clientes que no conocían al camarero eran bastante más circunspectos.
(...) Cabe decir que, en los bares catalanes, incluyendo aquellos donde me conocen bastante, yo todavía no he podido deshacerme de las viejas costumbres inglesas y por lo tanto no dejo de añadir un por favor del todo innecesario, no sólo al final de cada pedido sino incluso a la hora de reclamar la cuenta (suelo decir: "Cóbreme, por favor, muchas gracias", como si les pidiera un gran favor). En los bares ingleses, curiosamente, nunca se tiene que pedir a los camareros que te cobren: lo hacen automáticamente al traerte las bebidas, de una forma rápida y seca, sin miramientos.

Cobri'm, si us plau
A Anglaterra s'ha d'observar una mena de protocol a l'hora de demanar el que vols en un bar. Així mateix, el bàrman, en adreçar-se al client de torn, sol fer servir el condicional (que indica bones maneres): Què li vindria de gust? Tot seguit toca al client, és clar, demanar què vol, pe- rò pobre d'ell si no hi afegeix un please tan automàtic com essencial. (Si no el diu, aquest please, és possible que el bàrman faci el sord i passi a atendre un altre client; n'he conegut casos).
Es pot imaginar la meva sorpresa inicial, doncs, en arribar aquí i veure que un percentatge alt dels clients dels bars catalans no deien pas "si us plau" cada dos per tres. N'hi havia que no ho deien ni una sola vegada: entraven a un local, deien "hola", potser, i abans que el bàrman els pogués contestar, ja havien lladrat la comanda: "un cafè amb llet!", "un quinto!", "un trifàsic!". I el bàrman els servia sense immutar-se!
Encara més fort, per mi, era el comportament d'alguns clients (...) En comptes de dir "hola" en el moment d'entrar, feien un soroll força agressiu amb la llengua i les dents, una mena de tssssst! prolongat, com si el cambrer fos un gos extraviat. I aquell cambrer anava cap a ells i els atenia amb la mateixa eficàcia com si l'haguessin tractat com una persona. Em semblava extraordinari.
Fins que vaig començar a entendre, a base d'observar-ho dia rere dia, que es tractava sempre de clients de tota la vida, que coneixien el cambrer personalment, i, com que tenien pressa, preferien un parell d'indicacions directes i ràpides a un protocol més elaborat. (...)Vaig notar, d'altra banda, que els clients que no coneixien el cambrer eren força més circumspectes a l'hora de fer les seves comandes.
(...) S'ha de dir que, als bars catalans, incloent-hi aquells on em coneixen força, jo encara no he pogut desfer- me dels vells costums anglesos i per tant no em puc estar d'afegir un si us plau del tot innecessari, no només al final de cada comanda, sinó fins i tot a l'hora de reclamar la nota (solc dir: "cobri'm si us plau, moltes gràcies", com si els demanés un gran favor). Als bars anglesos, curiosament, mai no s'ha de demanar als cambrers que et cobrin: ho fan automàticament quan et porten les begudes, d'una manera ràpida i seca, sense miraments.

Leer Mas...

jueves, 25 de agosto de 2005

Vicente Ferrer


Foto de Maite Cruz para El Periódico.

Hace 10 años, en octubre de 1995, realicé la siguiente entrevista a Vicente Ferrer. Estaba enfermo y acababa de ser atendido en un hospital de la parte alta de Barcelona.

Un misionero laico y combativo

Vicente Ferrer, ex jesuita, tiene 75 años. Más de 40 los ha pasado en la India. Propone apadrinar a niños con una pequeña cantidad que allí se multiplica. Tras sufrir un problema cardiaco, descansa unos días en Calella.

-- ¿Qué le ha pasado para estar hospitalizado en Barcelona?
-- He tenido unos problemillas. Cuando llegué a España tuve un pequeño problema cardiaco. Ha sido providencial, porque así me han cuidado para que pueda volver pronto a trabajar.
-- ¿Pero ya está pensando en volver a la India?
-- Como toda enfermedad, esto es algo secundario.
-- Usted fue jesuita (1950 a 1969) y lo dejó para involucrarse en los problemas sociales.
-- Todos los hombres tienen una vocación original a hacer el bien a los demás. El sacerdocio es la profesión que escoge, por excelencia, ser un hermano de los demás. Yo quise ese sacerdocio original y descubrí que antes que la vocación litúrgica, tenía una vocación humanística.
-- Eso parece muy próximo al socialismo o al comunismo.
-- No. Ellos se aproximan a nosotros. Sus principios contienen todos estos valores de hermandad. Aunque si el cristianismo como el budismo, por amor, no han conseguido hermanar a la humanidad, el comunismo, por la fuerza, tampoco. Por eso, hemos de volver a lo primero.
-- ¿Cómo se ve a Occidente desde la India?
-- Con una visión global, y nos horrorizamos, claro. Como si estuviéramos delante de un precipicio. La gente tiene la gran responsabilidad de salvar la Tierra y de salvarse a sí misma.
-- ¿Por qué propone apadrinar a niños indios?
-- Es quizá la forma más práctica de obtener recursos. Permite planificar a largo plazo en educación, sanidad, agricultura. Eso nos ha empujado a crear la fundación.
-- ¿Y sólo con 2.000 pesetas al mes por persona les vale?
-- El mejor médico de nuestra área cobra unas 20.000 pesetas al mes. Por eso, el bien que se hace allí con 2.000 pesetas es mucho mayor que el que podrías hacer aquí con ese dinero. Ahora tenemos 20.000 alumnos. La educación produce unos resultados que no se pueden medir con dinero, porque cambias la vida de las personas. Para los intocables la única oportunidad de salir de la discriminación es, al menos, saber leer y escribir.
-- Aún parece usted un jesuita.
-- Cuando se ha vivido y reflexionado, terminas por ser una persona contemplativa en la acción. Hay algo que procede de mi paso por la Compañía de Jesús: la excelencia en el trabajo; lo que para otros hubiera sido mucho, para mí es poco.

Leer Mas...

Vicki Sherpa



Fragmentos de la entrevista de El País (24-08-2005) de Mora y Ruiz Montilla, titulada "¡Necesito dinero para educar a los niños parias!"

Vicki Sherpa narra su historia mientras se come a besos a sus dos hijos catalano-nepaleses.

Pregunta. ¿Quién es usted?
Respuesta. Yo me defino como mendiga, porque cambié ser maestra en una escuela Montessori por irme a mendigar dinero para educar a los niños parias nepaleses. Había leído a Herman Hesse, me gustaba el Tíbet y en el 88 me decidí...
P. Y se largó.
R. No, no, cerraron el país a los turistas. Pero un tibetólogo, Ramón Prats, me dijo que mejor fuera a Nepal. Y me fui. Fue un chasco de los peores de mi vida. Vi a esos niños en la calle y me pasé tres días llorando.
P. ¿Cómo eran?
R. Mendigaban y se peleaban con las vacas, las ratas y los perros por comer basura. Yo era una maestra elitista y se me partió el corazón. Investigué sobre el sistema educativo y vi que era un desastre: profesores sin título, niños hacinados, aulas en las que nosotros no meteríamos a los cerdos... Me trastornó.
(...)
P. Pero al fin se fue.
R. Antes aprendí la lengua nepalesa en Barcelona. Luego hice una maleta de 20 kilos. Una familia me adoptó como hija. Al año y medio monté la primera escuela, un parvulario para tibetanos refugiados.
(...)
P. ¿De dónde saca el dinero?
R. De patrocinios. La Generalitat me quitó la subvención de siete millones de pesetas que me daba cada año. Por eso estoy aquí, para buscar patrocinadores. ¡Necesito dinero para educar a esos niños!
P. ¿La subvención se la quitó el tripartito?
R. Sí. Cerramos dos meses...
P. ¿Y cuánto dinero necesitan?
R. 40 millones de pesetas.
(...)
P. Más que escuela, ONG.
R. Lo que más choca es que en un sitio como Nepal tengamos escuelas como las de aquí. Pero no podemos dejar de ayudar a los padres si queremos que los niños vengan al colegio. Si no, los mandan a mendigar o a trabajar.
(...)
P. Y el método ¿cómo es?
R. Se trata de cambiar la mente de los niños. Los parias están acostumbrados a obedecer sin pensar. El sistema de castas les obliga a pensar como parias y a serlo toda la vida. No tienen derecho a educarse ni a juzgar ni a discutir. Sólo piensan: no sé, no debo, no puedo, no me merezco, no soy. Esa empanada hay que quitarla. Mi filosofía es que Nepal está en el mundo, y que esos niños tienen los mismos derechos que los de aquí. Así se equilibra la injusticia. Y con conocimientos y pensamiento crítico, el dinero llega.
P. El poder de la mente...
R. Aquí enseñamos habilidades, a leer, escribir, sumar, pero hemos descuidado la madurez de la mente, el carácter, la relación con el otro, la disciplina, la práctica de las virtudes, la resolución de conflictos. Todo eso está en nuestro currículo con el mismo rigor que lo demás.
P. Y los parias dejan de ser parias.
R. Tienen una coraza. Ya no aceptan nada a ciegas. Ahora piensan por sí mismos. Y lo cuestionan todo continuamente. Las primeras promociones ya están en la universidad, otros en negocios, otros son maestros...
Alegría y coraje.

Leer Mas...

lunes, 22 de agosto de 2005

La ventana de Guerrero



El texto entero del artículo de Empar Moliner, publicado el 17 de agosto en El País, es el siguiente:

LA VENTANA DE GUERRERO

Niños gritando a los barcos

por EMPAR MOLINER

¿Y estos niños? Habían decidido bañarse no en el mar, sino en la ría. Y, de repente, algo les ha llamado la atención y es como si se hubiesen metido apresuradamente en el agua. El impulso que han tenido diría que es el barco que cruza de derecha a izquierda de la fotografía. Es como si el barco o lo que sea (un patín a vela, a lo mejor) les haya producido tanta ilusión que se han lanzado a verlo mejor. Incluso parece como si lo estuviesen llamando a gritos.
El niño de nuestra izquierda es el más atrevido. El que levanta la mano. Parece que es el que manda en el grupo, el líder. La niña, en cambio, se ha quedado en la arena. No ha tenido tanta prisa por meterse en el agua. O igual es que ya salía. Es la única niña del grupo. Va con ellos, eso está claro. Se les ve muy juntos. Pero ella ha preferido quedarse fuera. Se tapa la parte de abajo del biquini con algo que podría ser una toalla o también podría ser una camiseta de verano. Casi diría que la lleva anudada a la cintura. Y si es así, supongo que es más para taparse que por frío. Igual que no sé si inclina su cuerpo para mirar mejor el barco o si su actitud es de vergüenza. Como si se estuviese volviendo púdica de un día para otro.
En el suelo, la ropa, colocada de cualquier manera. Pero más apartadas, más cerca del agua, unas zapatillas. El propietario llegó hasta el borde del agua y sólo una vez allí se descalzó. Parecen unas zapatillas grandes, así que a lo mejor no pertenecen a los niños. Lo que llama la atención, en cualquier caso, es el pájaro que está cerca de ellas -no sé si es una gaviota- tan tranquilo. Y esta tranquilidad aparente no sé si es una cualidad de este tipo de pájaro. Los niños parece que están haciendo mucho ruido. Y no se asusta.
La playa se ve desierta, así que a estos niños no les debe dar ningún miedo dejar la ropa en el suelo, sin vigilancia. Claro que podría ser que estos críos estuviesen con sus padres, pero, por alguna razón, me imagino que son de la zona y que han venido solos. Es una tontería esta especulación, pero en las fotos de Guerrero, tan sugerentes, lo que tiene gracia es especular. A mí, la confianza con que los tres chicos avanzan por el agua, me hace pensar que no son veraneantes. A lo mejor, ni siquiera Guerrero sabía nada de ellos. Es lo más plausible. Siempre pienso en un concurso que se podría hacer para la televisión o para un periódico. Con fotos como esta, por ejemplo. Se trataría de observar a los personajes -en este caso, los niños de la foto- y adivinar qué son entre ellos. ¿Amigos, hermanos o desconocidos que acaban de ser presentados? ¿La niña es bien aceptada en el grupo o va con ellos porque es la hermana perqueña del de la izquierda, obligado por su madre a cargar con ella? ¿El niño de en medio, casi abrazado a los otros, es el que saca mejores notas? ¿Es más dependiente de los otros dos? ¿En qué idioma hablan y con qué acento? ¿Piensan en el sexo?
Después, se trataría de preguntar a los interesados y contabilizar los aciertos. Se podría hacer con todo tipo de gente. Una pareja comiendo en un restaurante, por ejemplo. Deberíamos adivinar si son amantes o si son un matrimonio. ¿Padre e hija o cliente y prostituta? Sería un concurso extraordinario.

Leer Mas...

viernes, 5 de agosto de 2005

Labordeta y Barkos

La entrevista de Iosu de la Torre a José Antonio Labordeta y Uxue Barkos se puede leer íntergramente en la versión on-line de El Periódico de Catalunya, cuyo archivo es de acceso libre durante 90 días. Aún así, los más cómodos pueden pinchar directamente sobre los enlaces a los pdfs de su versión castellana (página 1, página 2 y página 3) o catalana (pàgina 1, pàgina 2 i pàgina 3), y leerlos en su formato original.

Leer Mas...

miércoles, 3 de agosto de 2005

La moda del sudoku

Francisco J. Niebla titulaba su reportaje para Efe así:

La moda del puzzle matemático "Sudoku" hace furor en España

Este es el texto:

Barcelona, 29 jul (EFE).- El nuevo pasatiempo "Sodoku", una especie de puzzle matemático que se popularizó en Japón hace dos décadas, ha irrumpido en España con furor, sobre todo desde que los grandes periódicos han apostado por colocarlo en sus páginas de entretenimientos.
Los principales diarios españoles -El País, El Mundo, El Periódico, el deportivo Marca, y desde hoy también La Vanguardia- han decidido incorporar este rompecabezas de números a sus páginas, sabedores del éxito que ya ha cosechado en otros puntos del planeta, especialmente en Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña.
El "Sudoku" es un puzzle matemático de colocación de números que tiene su origen muchos siglos atrás, aunque se publicó por primera en la década de los 70, se popularizó en Japón en 1986 y se ha dado a conocer en el ámbito internacional en 2005.
El objetivo es rellenar una cuadrícula de nueve celdas por cada lado dividida en subcuadrículas de tres cuadrados por otros tres con las cifras del uno al nueve partiendo de algunos números ya dispuestos en algunas de las celdas.
No se debe repetir ninguna cifra en una misma fila, columna o subcuadrícula, de modo que se trata de un pasatiempo de pura lógica que se resuelve con la ayuda de un lápiz y una goma de borrar, según explican los enigmistas, que destacan que un "Sudoku está bien planteado si la solución es única".
El "boom" del Sudoku en España ha surgido a raíz de su inclusión hace pocas semanas en las páginas de pasatiempos de los principales diarios.
El diario El Mundo incorporó este entretenimiento a sus páginas el pasado mes de junio y El País lo publica diariamente desde este mes, lo mismo que Marca, mientras que El Periódico lo ha incorporado hace cuatro días y La Vanguardia lo ha hecho hoy.
Los lectores lo han acogido con sorprendente entusiasmo, ha explicado a EFE Txerra Cirbián, coordinador del área de pasatiempos y servicios de El Periódico de Catalunya, que cree que el "Sudoku" se hará un lugar entre los clásicos autodefinidos, crucigramas y problemas de ajedrez.
"El lector se engancha", ha dicho Cirbián, que atribuye el éxito del pasatiempos a que "no se tiene que sumar ni multiplicar ni es cuestión de idioma, es sencillo e internacional y puede atraer a nuevo público que hasta ahora no miraba los pasatiempos".
De opinión contraria es el enigmista Miquel Sesé, que elabora pasatiempos para diarios como el Avui y El Periódico y para revistas como Lecturas y El Temps, y que opina que "es una moda pasajera asociada a un nombre, Sudoku, que es una marca comercial".
"Es como una canción de verano", ha afirmado a EFE Sesé, que, sin embargo, ha reconocido que "el juego está bien, es un juego matemático muy antiguo y no depende de conocer ningún idioma".
El enigmista catalán no cree que este nuevo pasatiempo dañe a los clásicos crucigramas "porque bajará su fama, de hecho cuando haces tres o cuatro el sistema siempre es el mismo y puede llegar a aburrir, aunque es un poco más difícil de resolver que una sopa de letras".
Una de las ventajas de este pasatiempo que ya están explotando los diarios es que se puede jugar a través de la red, con SMS o mediante teléfonos 806, que ofrecen premios a los concursantes.
"Es una moda comercial", concluye Miquel Sesé, que ha revelado que es un pasatiempo "muy fácil de elaborar porque hay programas informáticos gratuitos en internet que te los generan a miles".
Del furor mundial que ha causado este nuevo pasatiempos da fe que, haciendo una búsqueda en Internet a través de "Google", aparecen 1.490.000 web en las que se habla de este fenómeno, de las que 21.200 son en español y un sinfín de programas para generar y resolver "sudokus".
En una de estas páginas se explica que este rompecabezas se publicó en Nueva York a finales de los años 70 bajo el nombre de Number Place en la revista Math Puzzles and Logic Problems.
En abril de 1984 se publicó en el diario japonés Monthly Nikolist bajo el título "S'ji wa dokushin ni kagiru" ("los números deben estar solos") y fue Kaji Maki, presidente del diario, quien al parecer le puso el nombre, que más tarde se abrevió en Sudoku (Su: número, doku: solo), hasta que se acabó popularizando en 1986.

Leer Mas...

martes, 2 de agosto de 2005

La fiebre del Sudoku

Aquí está el texto que Màrius Serra publicó el 26 de julio en La Vanguardia.

La fiebre del Sudoku

Lo habrán visto porque es un juego numérico que ha provocado una auténtica fiebre. Le llaman Sudoku y tiene el aspecto de una parrilla de crucigrama de 9x9 con sus 81 cuadritos agrupados en nueve cuadrados interiores de dimensiones 3x3. En cada uno de ellos hay, por tanto, nueve cuadritos que rellenar con las cifras del uno al nueve, sin repeticiones. Naturalmente, algunos de los cuadritos ya están numerados. En total, de los 81 cuadritos de la parrilla, nos dan entre 25 y 30.
Ésa es la pista imprescindible para intentar resolver un problema de Sudoku. La única norma es que el mismo número no debe coincidir nunca ni en una fila (horizontal) ni en una columna (vertical). Es decir, que en una parrilla completa de Sudoku cada fila o columna contiene los nueve dígitos, del uno al nueve, sin repetición, y lo mismo sucede dentro de cada uno de los nueve cuadrados interiores. La parrilla de 9x9 acaba conteniendo 9 ejemplares de cada uno de los 9 dígitos. Toda una prueba del nueve.
A simple vista parece un juego banal, pero poca gente logra completar una parrilla en menos de veinte minutos. Es un gran pasatiempo. La sencillez de su planteamiento contrasta con su dificultad de resolución, de modo que engancha sin paliativos. Hace meses que los exigentes lectores de The Times empezaron a aficionarse a él. Algunos pedagogos cantaron sus virtudes y un programa de televisión lo adoptó. Luego saltó al Corriere della Sera y este verano diversos diarios españoles se han apuntado al carro. Si buscan en la red, verán que se comercializa un programa que fabrica los problemas automáticamente. A miles.
Este es un juego muy antiguo. Si ahora le llaman Sudoku es porque la empresa japonesa Nikoli rebautizó así el juego que las revistas norteamericanas llamaban Number Place. Los japoneses admiten que lo copiaron en 1984. Al principio le llamaron Suuji wa dokushin ni kagiru (algo así como números solteros), pero era un título muy largo y pronto lo redujeron a su (número) doku (soltero). Hoy es un juego tan popular en Japón que da vida a cinco revistas con un tiraje, según fuentes de Nikoli, de 660.000 ejemplares mensuales. Lo que Nikoli pudo registrar es el nombre, de modo que los demás siguen llamándole Number Place y tan anchos, mientras que aquí en Europa los diarios pagan derechos por reproducir un nombre simplemente porque se ha puesto de moda. Puro humo. Cuando en el año 1978 Georges Perec publicó su conocida obra La vie: mode d´emploi basó la estructura de su novela en un edificio parisino a lo Rue del Percebe de 10 pisos con 10 vecinos por rellano que se asemeja a las condiciones del entonces nonato Sudoku. El edificio es una parrilla 10x10 que contiene dos elementos por vivienda, y esos elementos no se repiten nunca en los apartamentos que comparten fila o columna.
La deseable defensa de los derechos de autor nada tiene que ver con el uso que las grandes corporaciones suelen hacer de sus derechos adquiridos sobre productos universales. Cualquier aficionado a este magnífico problema numérico podría empezar a publicar los suyos bajo cualquier otro nombre sin llenar los bolsillos de los vendedores de humo. ¿Qué tal Re9? En castellano resultaría renovador y en catalán haría mucho ruido.

Leer Mas...

jueves, 28 de julio de 2005

La Venecia de Donna León



Aficionado a las entretenidas novelas del inspector veneciano Guido Brunetti, el personaje creado por Donna Leon, el año pasado me planteé trazar una posible "ruta Brunetti" por los escenarios habituales del personaje, en Venecia, que se concretó en un reportaje, publicado el 14 de julio en el suplemento de Libros de El Periódico de Catalunya.

Aquí abajo se puede leer íntegramente el texto.

La Venecia de Brunetti

Paseo por los escenarios clave de la serie policiaca de Donna Leon

La norteamericana Donna Leon lleva viviendo desde 1981 en Venecia, donde ambienta las aventuras de su comisario Guido Brunetti, iniciadas en 1992 con Muerte en La Fenice. La recién aparecida Piedras ensangretadas (Seix Barral / Edicions 62) es la entrega 14 de una serie que en España ha vendido cerca de 200.000 ejemplares en castellano y 45.000 en catalán y ha generado ya un club de lectura en la biblioteca La Bòbila de L''Hospitalet de Llobregat. En todas, Venecia es casi un personaje, del que aquí se ofrecen seis facetas.



El barrio de San Polo: un piso muy céntrico
Brunetti vive cerca de Campo San Polo", explica la escritora Donna Leon a Libros. Si uno mira un mapa de la ciudad de los canales, el barrio (sestiere) de San Polo es geográficamente el ombligo de Venecia, aunque el de San Marco sea el más turístico. Es el barrio más pequeño de la ciudad de los canales, en el que viven muchos venecianos y en el que se pueden encontrar muchos bares, restaurantes, tiendas y comercios, y el famoso mercado y puente de Rialto.
La familia de Guido Brunetti la integran su esposa Paola y sus hijos Chiara y Raffi. Su domicilio está situado en un último piso de un edificio de cuatro alturas, detalle que la autora especifica así, en la primera novela, Muerte en La Fenice (1992): "Subió los 94 escalones hasta su apartamento del cuarto piso". Es un palazzo, aunque no como el de su suegro, el conde Failer, o los del Gran Canal, cuya estructura original data del "siglo XV" y cuyo último nivel fue edificado ilegalmente hacia los años 50, algo que se explica en ese primer libro de la serie y que es descubierto por un funcionario del catastro veneciano en el título Amigos en las altas esferas (2000).
Se trata de un piso agradable de cuatro habitaciones, pero con un solo baño, con vistas sobre los tejados de la ciudad. La escritora explica que en su momento se inspiró en un piso real, propiedad de unos amigos: "La casa existe. Es fácil de encontrar. Se camina de Rialto hacia Campo San Polo y, tras superar la floristería Biancat, poco después de San Aponal, un poco más adelante, a la izquierda, hay una calle estrecha que acaba en ese edificio".
Como todas las casas venecianas, la del comisario se encuentra al final de una larga y estrecha escalera, que así evita las famosas mareas altas (la Aqua alta que da título a una de sus novelas) que inundan las zonas bajas de la ciudad. Por ello, viviendas y locales situados a nivel de la calle suelen colocar unos tablones de madera o planchas metálicas que cubren las entradas en cuanto suena la sirena que avisa de la subida de las aguas. Para el turista es una distorsión, pero para los venecianos es normal: usan pasarelas de madera y botas de goma para recorrer la ciudad.

El Mercado de Rialto: compra y cocina
Los Brunetti hacen la compra diaria en el mercado de Rialto. Van temprano, porque esta parte de Venecia es el centro comercial de la ciudad y lugar de paso casi inevitable para los miles de turistas que a diario se dirigen hacia la Piazza San Marco. "¿Es que no tienen mercados en su país ¿No venden comida allí ", se queja Paola Brunetti en una de las novelas. Pasa que Rialto, su puente y sus alrededores son objetos preciados para los fotógrafos.
A los puestos de pescado, carne, frutas y verduras del mercado de abastos acuden cientos de venecianos con sus carritos de la compra. Éstos, a diferencia de los habituales, calzan unas ruedas más grandes para salvar con facilidad los escalones de los pequeños puentes que salvan los innumerables canales de la ciudad. Tampoco es inusual ver a los vecinos con el carrito en dirección a la Piazzale Roma para tomar un autobús e ir a comprar a grandes superficies comerciales de Mestre. La diferencia de precio con Venecia es tan notable que el viaje merece la pena.
Paola Brunetti es la cocinera de la familia. Dice Donna Leon que a su personaje, profesora de Literatura en un instituto e hija de un conde, le gusta cocinar. Tiende hacia la cocina tradicional. Guido, su marido, asegura estar "saturado de la nueva cocina". Entre los sabrosos platos que pueden leerse en las novelas hay de una lasaña a unos involtini con jamón y corazones de alcachofa y un risotto con jengibre; de un pez espada con gambas y salsa de tomate a un estofado de cordero a la polenta... Y todo ello regado con un vino blanco pinot grigio. De postre, fresones con mascarpone.

Entre San Polo y Rialto: vinos y quesos
En general, el comisario va y viene andando desde su casa a la oficina. Y si tiene prisa, toma el vaporetto en la parada de San Silvestro, a la que se accede a través de un oscuro y feo túnel que sale a la pequeña plaza homónima.
En ese trayecto a pie, por la tarde, y de regreso a casa, Brunetti suele pararse a comprar en las tiendas de las calles adyacentes a Rialto, evitando las situadas junto al puente.
Donna Leon ofrece un par de pistas: "Mis tiendas favoritas son La Baita, donde desde hace 20 años compro todo tipo de quesos, y Mascari, donde suelo comprar frutos secos, pesto, aceitunas y pasta", explica.
Este último establecimiento es un clásico. La antigua Drogheria Mascari está situada en la misma Via San Polo, 381, junto a la Ruga dei Orefici, y su colorido y abigarrado escaparate es apabullante: vinos y aguardientes italianos, dulces, turrones, cafés e incluso regaliz. Y especias, de todos los tipos, orígenes, olores y sabores.
No sería extraño, pues, que Brunetti comprara aquí ese prosecco que suele tomar con Paola, ese fresco, afrutado y rico vino blanco espumoso algo similar al cava. O el café de la mañana o la grappa que toman tranquilos después de la comida.
Regentada por un par de atareados empleados, La Baita es una minúscula parada situada en la esquina de la Ruga dei Orefici con la Ruga Vecchia de San Giovanni. Tienen todos los quesos y el mejor parmesano, aunque al lado del Gran Canal, en el Campo Erbaria, hay otra excelente. Ninguna de ellas es barata. Nada en Venecia lo es.



Campo San Stefano: el último caso del comisario
En la última novela de Donna Leon, Piedras ensangrentadas, un inmigrante ilegal, un vu cumprá, como los denominan los venecianos, es asesinado a tiros en el Campo San Stefano en los días previos a las fiestas navideñas. La escritora hace referencia a un problema de nuestros días: la presencia de los sin papeles en las ciudades y su utilización por mafias de diverso signo.
En Venecia se sitúan cerca de la Piazza San Marco, en las calles adyacentes y en las rutas turísticas, sobre todo al caer la noche, cuando las puertas de las boutiques de la zona ya han cerrado. Son chicos jóvenes, negros en su mayor parte, que ofrecen perfectas imitaciones de bolsos de Prada, Gucci o Louis Vuitton a precios irrisorios si se los compara con las lujosas tiendas situadas a sus espaldas.
Campo San Stefano, donde se sitúa el crimen inicial, es una gran plaza, situada entre el Palazzo Grassi --que hace pocos meses exhibía una gran muestra dedicada a Dalí-- y el teatro de La Fenice, la emblemática sala de ópera recuperada tras el devastador incendio que la destruyó en 1996, un lugar muy apreciado por Leon, reputada melómana.
En San Stefano se instala un mercadillo navideño, presidido por un gran arco de madera y con una veintena de paradas artesanas; las más decoradas tienen la forma de casitas de madera prefabricada y llenas de luces de colores. Allí, el turista que afronte el frío invierno veneciano podrá encontrar, como explica la novela, "quesos de corteza oscura de Cerdeña; aceite y queso de la Toscana; salami de todos los diámetros y longitudes de la Reggio d''Emília", así como dulces y típicos regalos de esas fechas.

La Jefatura: un discreto lugar de trabajo
Guido Brunetti es comisario de la policía veneciana. Es funcionario de grado superior, por encima de los agentes uniformados y de los detectives o inspectores de paisano. Sólo tiene por encima en la escala al vicequestore, el engreído Giuseppe Patta, y al questore, que rara vez aparece en las novelas.
La sede de la jefatura (questura) de ficción aparenta ser más grande de lo que en realidad parece desde fuera: un edificio de cuatro alturas cuyo único distintivo oficial es la bandera de Italia y un par de rótulos, uno de ellos con las palabras Polizia di Stato sobre una puerta verde no muy grande de dos hojas. Está situada en la Fondamenta San Lorenzo, o muelle del río homónimo, frente al puente y la plazoleta del mismo nombre.
En el recorrido hacia su casa, Brunetti, gira a la izquierda por la callejuela de Borgoloco San Lorenzo, pasa por encima del puente Novo, sigue por la calle de Santa Maria Formosa y el Campo Santa Maria Formosa, el puentecito y calle de Mondo Nuovo. En esta estrecha callejuela, en el número 5.801, se encuentra uno de los restaurantes preferidos de Donna Leon, el Alle Testiere, un minúsculo local de una decena de mesas, regentado por el chef Bruno Gavagnin, autor de una cocina de base tradicional con atrevidos toques modernos. No es un local para todos los bolsillos, pero su calidad --sobre todo el pescado-- es excelente.
De Mondo Nuovo, Brunetti suele girar a la derecha por "un laberinto de pequeñas calles", como San Lio, San Antonio y Bissa, Campo San Bartolomeo y Rialto. En Vestido para la muerte, por ejemplo, camina de Campo San Fantin hasta San Luca y Rialto.

El Ospedale Civil: escenarios menos conocidos
Venecia tiene zonas apenas transitadas por el turista de visita rápida, lugares que Donna Leon sí descubre a lo largo de sus obras. Es impensable una gran ciudad sin su hospital, y la capital del Véneto tiene varios, entre los que destaca el Hospital Civil (Ospedale Civile), en el Campo SS Giovanni e Paolo. En un canal cercano aparece la víctima de Muerte en un país extraño. El forense amigo de Brunetti, Ettore Rizzardi, está peleado con la dirección del Hospital Civil, y prefiere realizar las autopsias en San Michele, la isla-cementerio situada enfrente. El comisario también ha tenido sus más y sus menos con alguno de los forenses y médicos de urgencias del centro.
Este hospital, ubicado en el dorso de Cannaregio, se encuentra en la Fondamenta Nuove, la zona de vaporettos que van y vienen de Murano, la isla de los artesanos del vidrio, y a Burano, la de las encajeras. No son islas habituales en las obras de Leon, si bien la autora está pensando en un caso que, revela, "pasará en Murano".
En cambio, hay otras islas y zonas de la laguna que sí han sido escenarios de algún caso, como Pellestrina, en Un mar de problemas. Como se explica en su trama, ésta es una isla de pescadores, alargada como la del Lido y situada justo al sur de ésta. De hecho, si el turista lo desea, se puede visitar en un autobús que se toma con un billete combinado con el vaporetto.

Leer Mas...

lunes, 20 de junio de 2005

Derechos para los católicos

El texto original del e-mail que he recibido sobre el tema, dice así:

"Estoy completamente a favor de permitir el matrimonio entre católicos.
Me parece una injusticia y un error tratar de impedírselo. El catolicismo no es una enfermedad.
Los católicos, pese a que a muchos no les gusten o les parezcan extraños, son personas normales y deben poseer los mismos derechos que los demás, como si fueran, por ejemplo, diseñadores, tenderos, pilotos de F-1 u homosexuales.
Soy consciente de que muchos comportamientos y rasgos de carácter de las personas católicas, como su actitud casi enfermiza hacia el sexo, pueden parecernos extraños a los demás. Sé que incluso, a veces, podrían esgrimirse argumentos de salubridad pública, como su peligroso y deliberado rechazo a los preservativos. Sé también que muchas de sus costumbres, como la exhibición pública de imágenes de torturados, pueden incomoar a algunos. Pero esto, además de ser más una imagen mediática que una realidad, no es razón para impedirles el ejercicio del matrimonio. Algunos podrían argumentar que un matrimonio entre católicos no es un matrimonio real, porque para ellos es un ritual y un precepto religioso ante su dios, en lugar de una unión entre dos personas.
También, dado que los hijos fuera del matrimonio están gravemente condenados por la iglesia, algunos podrían considerar que permitir que los católicos se casen incrementará el número de matrimonios por "el qué dirán" o por la simple búsqueda de sexo (prohibido por su religión fuera del matrimonio), incrementando con ello la violencia en el hogar y las familias desestructuradas. Pero hay que recordar que esto no es algo que ocurra sólo en las familias católicas y que, dado que no podemos meternos en la cabeza de los demás, no debemos juzgar sus motivaciones. Por otro lado, el decir que eso no es matrimonio y que debería ser llamado de otra forma, no es más que una forma un tanto ruin de desviar el debate a cuestiones semánticas que no vienen al caso: Aunque sea entre católicos, un matrimonio es un matrimonio, y una familia es una familia.
Y con esta alusión a la familia paso a otro tema candente del que mi opinión, espero, no resulte demasiado radical: también estoy a favor de permitir que los católicos adopten hijos.
Algunos se escandalizarán ante una afirmación de este tipo. Es probable que alguno responda con exclamaciones del tipo de "¿Católicos adoptando hijos? ¡Esos niños podrían hacerse católicos!". Veo ese tipo de críticas y respondo: Si bien es cierto que los hijos de católicos tienen mucha mayor probabilidad de convertirse a su vez en católicos (al contrario que, por ejemplo, ocurre en la informática o la homosexualidad), ya he argumentado antes que los católicos son personas como los demás.
Pese a las opiniones de algunos y a los indicios, no hay pruebas evidentes de que unos padres católicos estén peor preparados para educar a un hijo, ni de que el ambiente religiosamente sesgado de un hogar católico sea una influencia negativa para el niño. Además, los tribunales de adopción juzgan cada caso individualmente, y es precisamente su labor determinar la idoneidad de los padres.
En definitiva, y pese a las opiniones de algunos sectores, creo que debería permitírseles también a los católicos tanto el matrimonio como la adopción.
Exactamente igual que a los diseñadores, los tenderos, los pilotos de fórmula 1 y los homosexuales, por poner algún ejemplo...

Leer Mas...

sábado, 18 de junio de 2005

15 mitos sobre linux

Este artículo ha sido escrito por el joven psicólogo mexicano Manuel Montoya en su espacio Mononeurona. Lo que ha escrito Montoya ha aparecido de otras formas en otros foros, pero él lo ha resumido y ampliado con gracia. Por eso, no sólo invito a leer el original o esta copia, sino a expresar tu apoyo con un comentario.

Si uno busca en la red, puede encontrar muchos documentos en los cuales gente conocedora hace una comparación objetiva entre Linux y Windows (tanto en servidores como en estaciones de trabajo). En muchos de los documentos se exponen puntos válidos y vigentes en contra de Linux, pero en muchos otros sólo se perpetúan algunos mitos acerca de este sistema operativo. Algunas personas conocieron a Linux en los tiempos del viejo Red-Hat 6.0 y debido a esto todavía creen en ellos. Algunos de estos mitos son:
1.-Si uso Linux me quedaré aislado del resto. Esto es tan falso como los romances de Michael Jackson (con mujeres). Se ha hecho un gran esfuerzo en integrar a Linux a los ambientes corporativos multiplataformas y los resultados son muy satisfactorios. Los sistemas con Linux pueden integrase a un dominio Windows y hacer uso de los recursos compartidos. Se pueden editar archivos de Word y Excel en Linux e imprimirlos en la impresora del XP y viceversa. También se puede revisar Hotmail y usar el Messenger y ICQ en un equipo Linux. De igual manera los PDF y todos los tipos de archivos de imagen, video y audio están soportados, todo sin problemas.
2.-Linux no está estandarizado. De todo los mitos, quizás este es el más infundado. Linux es la plataforma que más busca sujetarse a los estándares. Existen estándares para todo, desde aquellos que definen como se debe comportar un manejador de ventanas hasta el formato de las hojas de cálculo y los desarrolladores de linux son muy respetuosos de apegarse a todas estas reglas.
3.-Sólo un experto programador puede instalar y usar Linux. Otro mito infundado. Cualquier persona puede ser un usuario eficiente de Linux. Si su empresa compra un equipo con Linux pre-instalado, usted encenderá el equipo, usará el quemador, leera sus emails, imprimirá sus documentos, escuchara música, navegara por Internet y al final de día apagará la computadora e ira a casa (Linux es famoso por su gran estabilidad ). Todo ello sin saber una jota de programación.
4.-Linux está bien como juego, pero no para algo serio. Me gustaría saber que opina el ICBC, (el banco más grande de China con fondos que superan los 640 mil millones de dólares y que usa Linux como plataforma). Asímismo me gustaría saber que opina Google, Amazon.com, las automotrices Ford y VolksWagen, la fabricante de aeronaves de la comunidad europea Airbus y los astronautas de la estación orbital (en la cual se usa Linux extensivamente) sobre la opinión de que Linux es un "juego". De cualquer manera es un juego que todos quieren jugar: más de 38 mil millones de dólares en ganancias al año y sigue creciendo.
La NASA usa Linux en sus misiones espaciales.
5.- Linux no genera empleos. "Al no haber facturación por licencias, Linux daña la economía de los países pues no hay impuestos para el gobierno ni hay empresas que pueden crear empleos". En realidad lo que está haciendo Linux es impulsar el desarrollo tecnológico (y la calidad de vida) de los países del tercer mundo: al no haber pago por licencias las empresas de tecnología (incluso las pequeñas) pueden cobrar por los servicios de soporte, personalización y desarollo. Si antes las empresas latinoamericanas solo aspiraban a quedarse con una pequeña fracción del precio de la licencia, ahora pueden pelear por una rebanada más grande del pastel ofreciendo software libre y su experiencia. Hay más trabajo para los programadores locales.
Si los antigüos administradores de Windows sólo sabían apretar una bonita secuencia de botones sin entender lo que pasaba, ahora en Buenos Aires, Santiago y México se están desarrollando verdaderas secciones de código en C o Java a un nivel de complejidad e innovación que hace apenas cinco años era impensable. Eso tiene un mayor impacto en la economía: Brasil e India (dos grandes entusiastas de Linux) se están convirtiendo en los exportadores de software de sus respectivas regiones. Por supuesto que Linux daña la economía, pero no de los países, sino la de una empresa de Redmond, en Washington, USA. ;-) .
6.-Linux es feo. Linux ha cambiado mucho, sobre todo en los tres últimos años. Hasta la versión 7.2 de Mandrake, que salió al público a mediados del 2000, Linux o más precisamente, sus escritorios principales, KDE y Gnome, adolecieron de un desarrollo gráfico que fuera al mismo ritmo que su desarrollo técnico. No todo era culpa de los escritorios, un aspecto fundamental del ambiente gráfico, el desplegado de las fuentes, lo realiza el Xserver, y su implementación no era la mejor.
Todo eso cambio al inicio del 2001 con el nuevo KDE y las mejoras al Xserver. Note que estoy hablando del 2001, de esto hace cuatro años. Actualmente Linux posee uno de los entornos gráficos más atractivos de la industria (más atractivo que el de Windows y sólo superado por el MacOSX de Apple). El ambiente gráfico de Linux es también, y por mucho, el más flexible y personalizable. Con frecuencia diseño páginas usando CSS y es una sorpresa para mí ver que en Windows las fuentes pierden definición mientras en Linux se ven nítidas.
Clíck para agrandar
Pero todo tiene un precio, linux se dio a conocer en 1994 como el SO más rápido del mundo, lo que era cierto. Esa rapidez, lógicamente, se ha perdido con los escritorios corporativos. No obstante, aún existen los hacker's desktops como Windowmaker, Fluxbox o FVWM, que son entornos funcionales y visualmente atractivos.
7.- En Linux no hay aplicaciones. Aunque hubo el día en que esto era cierto, ahora no pasa de ser un mito. Linux está lleno de programas maduros y totalmente funcionales:
K3B y Nautilus queman CD's y DVD's sin problemas.
Koffice, GnomeOffice y OpenOffice.org son suites de oficina llenas de funciones avanzadas y dotadas de herramientas de integración.
Gnomeeting es compatible con Microsoft NetMeeting si deseamos usar nuestra cámara Web.
Gimp es uno de los mejores editores bitmap y retoque fotográfico del mundo.
Konqueror, Mozilla, Mozilla-Firefox, Epiphany, y Galeon son excelentes navegadores, inmunes al código malicioso de algunos sitios.
Kontact y Evolution manejan nuestra agenda e información personal.
Eclipse, Netbeans y Kdevelop son herramientas gráficas de programación similares a VisualStudio.
Linux está lleno de reproductores multimedia como Mplayer o Xine con el que podemos ver todos los tipos de películas.
Con Quanta y Screem se crean fácilmente páginas Web.
Con Gaim y Kopete tenemos mensajería instantánea.
Usando KmyMoney2, Gnucash o Facturalux, manejamos nuestras finanzas personales o las de una empresa.
Sólo existe dos grupos de programas que actualmente no pueden encontrase muy desarrollados en Linux: juegos y diseño en vectores. Sin embargo, Quake, Doom y Wolfenstein están disponibles para linux e Inkscape es un buen editor de imágenes vectoriales.
8.-Linux es gratis y por tanto, lo que se haga en él no se puede cobrar. Doblemente Falso. Linux no es gratis, que no se deba gastar en la licencia no significa que no habrá otros costos, como la capacitación y el tiempo en investigación de soluciones. El costo Total de Propiedad o TOC por sus siglas en inglés, suma los costos totales por implementar y sostener un sistema operativo. En términos generales, Linux es un 30% más barato que Windows, y ese porcentaje de ahorro aumenta año con año, pero eso no significa que Linux no requiera inversión.
Por otro lado, la licencia GPL no prohíbe cobrar por lo que se haga en Linux, de hecho, en la facturas se cobra por la instalación, configuración y en su caso, programación de software libre.
9.-Linux es difícil de manejar. Repita tres veces conmigo “Ningún sistema operativo es fácil de usar”. Tres anécdotas para el caso:
1. Una vez arregle un computadora para un pequeño despacho. Como suelo hacer en estos casos, primero respaldé todo el disco duro, luego formatee el disco y reinstale el SO con los programas (todos los usuarios de Windows saben a lo que me refiero pues lo deben hacer cada año, quiéranlo o no). Al final copié las carpetas de regreso,comprobé que todo funcionaba y regrese el equipo. Tres horas después un iracundo arquitecto me reclamaba que todos sus archivos se habían perdido, que yo los había borrado y que todos eran importantísimos. Fui muy preocupado a verlo pues me gusta ser serio en mi trabajo, al llegar me explicaron: “todo se había perdido” según ellos, porqué la carpeta “Proyectos” del “papel tapiz” no estaba. En realidad la carpeta en C:/Mis documentos/Proyectos no tenía un acceso directo al escritorio y como no estaba allí, pues no existía. Alguien había hecho ese acceso directo años atrás y era la única manera que conocían para llegar a ellos, además de los archivos recientes del menú “File” de Excel. En esa misma empresa había una secretaria que se jactaba de usar la muy avanzada tecla tab para dar formato a los documentos de Word en lugar de dar muchos espacios.
2. Luego de una acalorada discusión, le aposté a un colega una comida si era capaz de encontrar, en el piso donde trabajábamos, tres personas que supiesen cambiar el IRQ de su mouse. Vale la pena mencionar el hecho de que el piso era de un banco, donde trabajaban más de cincuenta graduados universitarios. Ese día comí gratis.
3. Hace cosa de un mes, una vecina vino a pedirme de favor si podía descargar e imprimir un documento Word que le habían enviado por hotmail, en ese momento yo estaba usando KDE. Ella abrió Mozilla, entró a hotmail, al descargar el archivo, Mozilla sugirió OpenOffice.org ella dijo OK, el archivo sólo era de dos hojas, cambio unos títulos y las palabras que el corrector ortográfico le marco, dio un clíck en imprimir, redacto la respuesta en hotmail, se puso de pié para marcharse con su impresión, en la puerta me dijo “que raro windows”, luego me dio las gracias y se marchó. Ella había usado Linux sin siquiera darse cuenta. Por supuesto, todo salió bien porque el quipo estaba correctamente configurado, como si fuese un equipo OEM de fábrica.
No es que Linux sea difícil y Windows fácil, lo que pasa es que nosotros somos la primera generación de usuarios y lo que encontramos fue Windows, si hubiese sido MacOS o NeXT u OS/2 hubiésemos aprendido a batallar con eso, pero en realidad Windows o Linux poseen el mismo grado de dificultad.
10.-En el software libre no hay innovación. La mejor innovación que han hecho los sistemas abiertos es el mismo Internet: el protocolo TCP/IP, que le da vida a la red, fue desarrollado por el equipo BSD de Berkeley y fue liberado bajo la BSD License, mientras el deficiente protocolo NetBeui ha sido abandonado. También fue en el software libre donde se dió la primer CLI (Common Lenguaje Interface) que fue Jython, años antes que el tardió .NET de Microsoft. Los Weblogs también son una innovación libre. El respaldo distribuido de información y sistemas de monitoreo de redes están también entre las muchas innovaciones libres.
11.- Todo mundo puede ver el código de los programas libres y por eso son inseguros. En realidad, pasa todo lo contrario. Existen dos tipos de esquemas de seguridad: la tipo plaza pública en la cual todo mundo puede ver los detalles de un programa y cuando encuentra una falla avisa a todo mundo y la tipo torre de marfil donde sólo un reducido grupo puede ver el programa y cuando encuentra una falla no avisa a nadie. Al ser revisados por muchas personas y hacer públicas las fallas, es difícil que una error grave no sea detectado en un programa de software libre. En los programas torre de marfil, en cambio, las fallas pasan desapercibidas por el pequeño grupo y cuando la encuentran no avisan. En todo caso, y quizás esto es más grave, la respuesta de los programas torre de marfil es muy lenta, arreglar un grave fallo de seguridad puede tardar meses sin que los usuarios estén conscientes del peligro que corren, como ya ha pasado en varias ocasiones con Windows 2000 y XP. En la plaza pública, al ser dada a conocer una vulnerabilidad, uno puede decidir continuar con ese programa o reemplazarlo por otro que cumpla la misma función. En la torre de marfil uno no tiene esa libertad.
12.- El software libre es comunista. No hay ninguna razón por la cual desarrollar software libre vaya en contra de las reglas del mercado. De hecho, el software libre se ha revelado como un modelo de negocios novedoso y que reporta miles de millones de dólares cada año. IBM, SUN, Computer Associates y Novell son empresas que han descubierto en el SL una manera de abrir el mercado ahí donde estaba copado y han dado nuevos bríos e innovaciones a la industria. Linus Torvald quizás no sea tan rico como BIll Gates, pero ciertamente su fortuna se calcula en millones de dólares y tengo serias dudas de que este planeando donarlos a la revolución cubana.
13.- No hay virus en Linux porque poca gente lo usa. Durante décadas, Unix fue el único sistema operativo que estaba disponible, su cuota de mercado era del 99%. Durante todo ese tiempo nunca hubo un virus. Los virus aprecieron al sumar Windows + Internet. Hay quienes dicen que Windows no es un sistema operativo verdadero, sino un "gestionador promiscuo de memoria y ejecutables". Cuando una archivo llega a Linux (por Internet o porque se copia de un CD) no puede ejecutarse porque no posee permisos y aunque los tuviese, no puede activar ningún servicio porque no es dueño del demonio que lo ejecuta. Esto revela un sistema operativo maduro y bien diseñado. Existen otros peligros para Linux como los troyanos o algún exploit pero por cada uno de ellos hay miles de virus. Concluyendo: en Linux (como en todos los Unix) nunca habrá virus.
14.- En linux no hay soporte. Este mito ha sido despedazado por el último reporte de ganancias trimestrales de IBM: 27.700 millones de dólares (casi el triple que Microsoft). La mayoría de este dinero proviene de servicios y soporte para Linux. EL software libre ha revolucionado el mercado: ya no se venden licencias, se venden las consultorías y el Know how. Esto ha beneficiado a las empresas pequeñas de cada país, que pueden competir dando soporte a Linux a precios muy razonables. De esta manera el dinero que se iba al norte por el estéril pago de licencias, se queda en cada país por pago de servicios.
15.- Linux no le quita mercado a Windows, sino a Unix. Si bien es cierto que Linux ha jubilado a AIX de IBM y Solaris de SUN. Lo cierto es que muchas migraciones Unix->Windows se han visto canceladas en beneficio de las nuevas Unix->Linux. El modesto crecimiento de los servidores con Windows Server 2003 durante los dos útimos años es debido a que Linux se ha convertido en la gran opción de muchas empresas que gustan de Unix pero lo encontraban muy costoso. Las únicas razones por las cuales la gente sigue instalando servidores con Windows es por pereza o por ignorancia.

Leer Mas...

jueves, 26 de mayo de 2005

Captura.org

Andreu Buenafuente explica lo siguiente en el pdf que acompaña la tarjeta de presentación de la exposición de fotos de la galería Iguapop. Estoy absolutamente de acuerdo.

Lo peor que puedes regalarle a un curioso es una cámara digital. Eso es lo que pasó. Cuando descubrí la "nueva fotografía", se disparó (nunca mejor dicho) mi afición por éste arte y empecé a retratar todo lo que me rodeaba. Hasta el punto que mis amigos se preocuparon. Todos, menos Santi Millán que estaba (y sigue) peor que yo. Le propuse propagar nuestra obsesión y repartir unas cámaras entre conocidos con el fin de ir recopilando la mirada de todos ellos. Así nació captura. Aprovechando el magnifico soporte que supone Internet para exponer diariamente una suerte de documentalismo poético. De fotografía compulsiva. De psicología visual. No sé muy bien lo que es pero es que hay cosas que no se pueden explicar, sólo disfrutarlas. (A ver, póngase así, juntos, que voy a hacerles una foto).

Leer Mas...

miércoles, 18 de mayo de 2005

Entre castillos cátaros y viñedos



Este artículo fue publicado en El Periódico de Catalunya, el sábado 7 de mayo. Tanto la foto, la fortaleza de Carcasona con unos viñedos en primer término, como el texto corresponden al autor del bloc, Txerra Cirbián (copyleft)

Carcasona

Una forma de aprovechar un largo fin de semana como el próximo, el del segundo Lunes de Pascua (16 de mayo), es efectuar una escapada que combine placer, descanso, cultura y gastronomía. En esta ocasión les proponemos una escapada a la cercana región francesa del Aude, una ruta entre castillos cátaros y viñedos, que abundan en la zona. No es cuestión de recorrer cuanto más, mejor, sino paladear sin excesos. Puede empezar el viaje por el punto más alejado y, luego, ir regresando poco a poco. Por ejemplo, la magnífica ciudad amurallada de Carcasona está a sólo 300 kilómetros de Barcelona por autopista, y posee una apreciable capacidad hotelera, desde el famoso y carísimo Hotel de la Cité, donde durmió Kevin Costner mientras rodaba su Robin Hood, o el agradable Donjon, hasta un Formule 1 en las afueras por 30 euros. Además de pasear por sus callejuelas medievales, entrar en su castillo y contemplar las vidrieras de la basílica de Saint-Nazaire, el visitante puede recorrer sus dos kilómetros de murallas e, incluso, acercarse a la vinoteca del lugar. La oficina de la Maison du Languedoc Roussillon en Barcelona ofrece toda la información precisa para el viaje (Pau Claris, 77. 933.427.225).

Homps y la Fontfroide

Camino de Narbona, el pueblo y puerto de Homps es un punto de partida de los paseos fluviales por el Canal du Midi. Entre otros atractivos, tiene un encantador hotel y restaurante llamado L''Arbousier. No lejos, al otro lado de la autopista A-61, se ha de visitar la semiescondida abadía cisterciense de Fontfroide (siglo XII).

Limoux, la capital del 'blanquette''

Esta región francesa es un inmenso viñedo, con cepas, perfectamente alineadas. Son muchas las denominaciones (Cabardès, Corbières, Fitou, Faugères, Minervois...), pero es casi imprescindible una visita a Limoux, a escasos kilómetros de Carcasona, la capital del blanquette, excelente vino blanco achampañado con Denominación de Origen (DO). Entre ambas ciudades hay numerosos domaines que son visitables y en los que se puede comprar botellas directamente, como en las cavas Martinolles, situadas muy cerca de la bonita abadía de Saint Hilaire y que gozan de merecida fama. Y en el mismo Limoux, el restaurante de Le Grand Hôtel Moderne et Pigeon, que dirige el famoso chef Jean Luc Desmoineaux, es de obligado peregrinaje gastronómico.

Leer Mas...

sábado, 14 de mayo de 2005

La mentira del pobre

Este artículo de Joan Barril apareció en la contraportada de El Periódico de Catalunya, en su edición del 13 de mayo.

DICEN QUE la impostura de Marco da alas a los negacionistas del Holocausto. Denunciarle en estos días le ha convertido en espectáculo. ¿Tan urgente era delatar a un enfermo ¿Quién no ha mentido jamás

Ayer fue, por lo visto, el día de la mentira. Miren. El presidente de Baleares, que acababa de superar la sospecha de haber hecho votar a ciudadanos de Formentera perdidos en ultramar, se refugiaba en la declaración por escrito ante una acusación de espionaje electrónico a miembros del Gobierno del PSOE cuando mandaban en las islas. El que fuera el gran abogado del establishment político catalán, Joan Piqué Vidal, continuaba imputado en una red de blanqueo de dinero. Algunos políticos antiguos manifestaban ante el juez que nunca supieron nada del desvío de fondos en la Conselleria de Turisme. La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, María Teresa Estevan, había dado una mano de pintura y maquillaje a las acusaciones tan certeras como alarmantes sobre el pésimo estado de Vandellòs 2. El dúo financiero conocido como los Albertos declaraban ante los juzgados por falsedad de pruebas en el caso Urbanor.

Todo eso se podía leer en la prensa de ayer. Pero la guinda la aportó el que durante años fue presidente de la Amical de Mauthausen, Enric Marco, que tuvo que admitir que no había estado jamás en un campo de exterminio y que su vida había sido una ficción. Ayer Marco fue sometido a un durísimo juicio. Se le obligó a mirar a la cámara, a pedir perdón y a tener que explicar lo que probablemente ni él mismo podía explicarse. Mientras tanto, el resto de egregios mentirosos continuaban en sus cargos y en sus poltronas y ningún periodista les humilló delante de la opinión pública. A menudo ser fuerte con el débil equivale a ser débil con los fuertes.

Enric Marco es uno de esos sociópatas que entraron en la vía muerta de la falsedad y que han acabado siendo unos impostores de largo recorrido. La mayoría de mentirosos miente por interés, por amor, por salvar la vida. Los sociópatas mienten por vanidad o simplemente porque ya no podrían demostrar que no son lo que ellos han interiorizado que son. Un día me saltaban las lágrimas cuando Marco nos contó el episodio de la partida de ajedrez. Decía Marco que se encontraba en el campo de concentración enseñando a jugar a otro preso cuando la sombra de un SS se proyectó sobre el tablero. El SS apartó al aprendiz y desafió al mediterráneo Marco con todas las consecuencias. Era evidente que el SS quería humillarle con una derrota. Y también era evidente que, si Marco ganaba, el SS le pegaría un tiro. Marco jugó y ganó. Y ante la cámara decía: "Aquel día gané la batalla de Stalingrado".

Ahora sabemos que nada de esto sucedió y nos sentimos defraudados y doloridos porque un farsante se ha revestido del sufrimiento y la muerte de muchos que no están aquí para contarlo. Pero el impostor fue un apóstol de la causa que quiso abrazar. No buscó la notoriedad de los micrófonos sino la didáctica de las escuelas. Tal vez incluso percibió un pequeño sueldo por narrar una historia que jamás fue suya. Se vio arrastrado por una mentira que la gente deseaba escuchar. Pero Marco sólo es un sociópata común y no un delincuente de cuello blanco. No merece comprensión. Pero los otros tampoco merecen esa honorabilidad impune de la que alardean.

Leer Mas...

viernes, 13 de mayo de 2005

La mentida del pobre

Aquest article d'en Joan Barril va apareixer a la contraportada de El Periódico de Catalunya, a la seva edició del 13 de maig.

DIUEN QUE la impostura de Marco dóna ales als negacionistes de l'Holocaust. Denunciar-lo en aquests dies l'ha convertit en espectacle. ¿Tan urgent era delatar un malalt? ¿Qui no ha dit mai mentides?

Ahir va ser, sembla, el dia de lamentida. Mirin. El president de les Balears, que acabava de superar la sospita d'haver fet votar ciutadans de Formentera perduts a ultramar, es refugiava en la declaració per escrit davant d'una acusació d'espionatge electrònic a membres del Govern del PSOE quan manaven a les illes. El que va ser el gran advocat de l'establishment polític català, Joan Piqué Vidal, continuava imputat en una xarxa de blanqueig de diners. Alguns polítics anticsmanifestaven davant el jutge que no van saber mai res del desviament de fons a la Conselleria de Turisme. La presidenta del Consell de Seguretat Nuclear, María Teresa Estevan, havia donat una mà de pintura i maquillatge a les acusacions tan certes com alarmants sobre el pèssim estat de Vandellòs 2. El duo financer conegut com a «els Albertos » declaraven davant els jutjats per falsedat de proves en el cas Urbanor.

Tot això es podia llegir a la premsa d'ahir. Però la guinda la va aportar el que durant anys va ser president de l'Amical de Mauthausen, Enric Marco, que va haver d'admetre que no havia estat mai en un camp d'extermini i que la seva vida havia estat una ficció. Ahir Marco va ser sotmès a un duríssim judici. Se'l va obligar a mirar a la càmera, a demanar perdó i a haver d'explicar el que probablement ni ell mateix es podia explicar. Mentrestant, la resta d'egregis mentiders continuaven en els seus càrrecs i a les seves poltrones i cap periodista els va humiliar davant de l'opinió pública. Sovint ser fort amb el feble equival a ser feble amb els forts.

Enric Marco és un d'aquests sociòpates que van entrar a la viamorta de la falsedat i que han acabat sent uns impostors de llarg recorregut. La majoria de mentiders menteixen per interès, per amor, per salvar la vida. Els sociòpates menteixen per vanitat o simplement perquè ja no podrien demostrar que no són el que ells han interioritzat que són. Un dia em saltaven les llàgrimes quan Marco ens va explicar l'episodi de la partida d'escacs. Marco deia que era al camp de concentració ensenyant a jugar un altre pres quan l'ombra d'un SS es va projectar sobre el tauler. L'SS va apartar l'aprenent i va desafiar el mediterrani Marco amb totes les conseqüències. Era evident que l'SS volia humiliar-lo amb una derrota. I també era evident que, si Marco guanyava, l'SS li dispararia un tret. Marco va jugar i va guanyar. I davant la càmera deia: «Aquell dia vaig guanyar la batalla de Stalingrad».

Ara sabem que res d'això va succeir i ens sentim defraudats i adolorits perquè un farsant s'ha revestit del sofriment i la mort de molts que no són aquí per explicar- ho. Però l'impostor va ser un apòstol de la causa que va voler abraçar. No va buscar la notorietat dels micròfons, sinó la didàctica de les escoles. Potser fins i tot va percebre un petit sou per narrar una història que mai va ser seva. Es va veure arrossegat per una mentida que la gent desitjava escoltar. Però Marco només és un sociòpata comú i no un delinqüent de coll blanc. No es merei xcomprensió. Però els altres tampoc es mereixen l'honorabilitat impune de la qual presumeixen.

Leer Mas...

Entrevista con Imma Turbau

Entrevista de Maria Eugènia Ibáñez a Imma Turbau en El Periódico de Catalunya.

Imma Turbau convierte en novela una oscura historia de adolescentes

Por M. EUGENIA IBÁÑEZ

Imma Turbau quería escribir una historia de adolescentes, esa etapa borrosa entre la infancia y la edad adulta cuyas secuelas, a veces, se purgan a lo largo de toda la vida. Montó la novela a partir de un hecho que atrapa a dos jóvenes, un chico y una chica, y del que ambos se defienden de forma muy distinta: él para perderse en la obsesión, ella para convertirse en una superviviente. El juego del ahorcado, tragedia o historia de amor, primera obra de la autora, se ha presentado en Barcelona.
Turbau (Girona, 1974), periodista, decidió muy joven alejarse de su ciudad natal, porque, asegura, "lo que se aprende viajando no te lo quita nadie". Precoz emborronadora de folios, dice haber escrito no menos de cuatro novelas que no juzgó dignas de someter al juicio del lector, pero no fue éste el caso de la última, que redujo a la mitad para lograr uno de los objetivos que, dice, debe cumplir toda novela: entretener.
El pulido final de El juego del ahorcado (Mondadori) encontró a la autora en Lisboa, por lo que ofreció el original a dos editoriales, una portuguesa y otra española. Corrió más la primera y en Portugal se publicó hace meses y allí ha superado el recelo que impone una escritora debutante. La obra arranca con un suicidio, que se produce cuando la juventud de los protagonistas ha quedado lejos, los dos se han separado, y sólo permanece vivo el recuerdo de aquella adolescencia que les marcó.
Es la mujer quien, a lo largo de una noche, relata los años claves de su juventud, explica el hecho del que fue víctima, la reacción de su amigo y el comportamiento de éste, que evolucionó hacía la obsesión, desequilibrios mentales e intentos de suicidio que, al final, logran su objetivo. La novela transcurre en una ciudad innominada que se puede identificar como Girona, con algunos escenarios inventados, tiene un lenguaje directo y mantiene un ligero tono de intriga hasta el final.
Turbau explicó que la novela puede tener varias lecturas y que le ha sorprendido la diferente interpretación que hacen los lectores según sean hombres o mujeres. Los primeros ven en el chico a la víctima, al antihéroe que debe morir para serlo, mientras las segundas le consideran alterado por una obsesión malsana de tintes machistas. La novelista no juzga ni a uno ni a otra: "Los dos buscan su particular salida al conflicto y se enfrentan a la vida con actitudes muy distintas".

Leer Mas...

miércoles, 20 de abril de 2005

Entrevista d'en Lluís Amiguet a Wenders

Amb el permís que dona l'admiració cap a un company de professió, cito quatre frases de l'entrevista que va fer Lluís Amiguet a Win Wenders, ahir, 19 de abril, a La Vanguardia:

WW-- Creo en Dios y en Jesucristo y vivo en consecuencia, pero esa fe, que también dicen profesar Bush y la derecha norteamericana y otros tantos conservadores cristianos en Europa, me ha llevado a pensamientos y conductas opuestas a las suyas.
LA: ¿En qué sentido?
WW: No se puede ser cristiano sin ser socialista.
LA: Cristiano socialista: ¿no es un oxímoron?
WW: Al revés. La contradicción está en quien es multimillonario y cristiano como George Bush, caudillo militar; o en quienes, como tantos europeos, son cristianos de derechas.
LA: Mezcla usted religión y política.
WW: Un cristiano no puede separarlas. No puede dejar de vivir su fe en todas las facetas de su existencia. No se puede ser cristiano sin arriesgar tu bienestar por los débiles y sin sufrir con ellos; no se puede ser cristiano sin poner todo tu cerebro y tu corazón al servicio de los que sufren hasta compartir con ellos esta Land of plenty (tierra de abundancia), título de la canción de Leonard Cohen, que es también el de mi película.
LA: Parece usted un telepredicador.
WW: Fui estudiante de Teología y eso imprime carisma, y soy doctor honoris causa por la Universidad Católica de Friburgo. ¡Y no soy de derechas! Ser cristiano es ser revolucionario: es optar por la vida más allá de la tuya, más allá de lo material, vida eterna, y eso tiene que definirte también tras la cámara.
LA: Su protagonista es una santa y el antagonista un facha paranoide: ¿no es facilón?
WW: He conocido personas cristianas o no que dan su vida por los demás. Y no hablo de quienes se sacrifican en un momento heroico, sino de gente que se entrega en cada uno de los instantes de renuncia y sacrificio que brinda toda una existencia. Eso es lo que hace mi protagonista. Hay muchas así.
LA: Ya me fijaré a ver si veo más.
WW: Si mira a su alrededor, verá que estamos rodeados de santos. Yo conozco muchos.
LA: Aquí decimos: "¡Que santa Lucía le conserve la vista...!".
WW: A mí también me pasa a veces: me da la impresión de que Dios se ha ido de vacaciones.
LA: O simplemente se ha ido.
WW: A ese punto no he llegado nunca.

Leer Mas...