miércoles, 18 de mayo de 2005

Entre castillos cátaros y viñedos



Este artículo fue publicado en El Periódico de Catalunya, el sábado 7 de mayo. Tanto la foto, la fortaleza de Carcasona con unos viñedos en primer término, como el texto corresponden al autor del bloc, Txerra Cirbián (copyleft)

Carcasona

Una forma de aprovechar un largo fin de semana como el próximo, el del segundo Lunes de Pascua (16 de mayo), es efectuar una escapada que combine placer, descanso, cultura y gastronomía. En esta ocasión les proponemos una escapada a la cercana región francesa del Aude, una ruta entre castillos cátaros y viñedos, que abundan en la zona. No es cuestión de recorrer cuanto más, mejor, sino paladear sin excesos. Puede empezar el viaje por el punto más alejado y, luego, ir regresando poco a poco. Por ejemplo, la magnífica ciudad amurallada de Carcasona está a sólo 300 kilómetros de Barcelona por autopista, y posee una apreciable capacidad hotelera, desde el famoso y carísimo Hotel de la Cité, donde durmió Kevin Costner mientras rodaba su Robin Hood, o el agradable Donjon, hasta un Formule 1 en las afueras por 30 euros. Además de pasear por sus callejuelas medievales, entrar en su castillo y contemplar las vidrieras de la basílica de Saint-Nazaire, el visitante puede recorrer sus dos kilómetros de murallas e, incluso, acercarse a la vinoteca del lugar. La oficina de la Maison du Languedoc Roussillon en Barcelona ofrece toda la información precisa para el viaje (Pau Claris, 77. 933.427.225).

Homps y la Fontfroide

Camino de Narbona, el pueblo y puerto de Homps es un punto de partida de los paseos fluviales por el Canal du Midi. Entre otros atractivos, tiene un encantador hotel y restaurante llamado L''Arbousier. No lejos, al otro lado de la autopista A-61, se ha de visitar la semiescondida abadía cisterciense de Fontfroide (siglo XII).

Limoux, la capital del 'blanquette''

Esta región francesa es un inmenso viñedo, con cepas, perfectamente alineadas. Son muchas las denominaciones (Cabardès, Corbières, Fitou, Faugères, Minervois...), pero es casi imprescindible una visita a Limoux, a escasos kilómetros de Carcasona, la capital del blanquette, excelente vino blanco achampañado con Denominación de Origen (DO). Entre ambas ciudades hay numerosos domaines que son visitables y en los que se puede comprar botellas directamente, como en las cavas Martinolles, situadas muy cerca de la bonita abadía de Saint Hilaire y que gozan de merecida fama. Y en el mismo Limoux, el restaurante de Le Grand Hôtel Moderne et Pigeon, que dirige el famoso chef Jean Luc Desmoineaux, es de obligado peregrinaje gastronómico.

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