jueves, 26 de mayo de 2005

Captura.org

Andreu Buenafuente explica lo siguiente en el pdf que acompaña la tarjeta de presentación de la exposición de fotos de la galería Iguapop. Estoy absolutamente de acuerdo.

Lo peor que puedes regalarle a un curioso es una cámara digital. Eso es lo que pasó. Cuando descubrí la "nueva fotografía", se disparó (nunca mejor dicho) mi afición por éste arte y empecé a retratar todo lo que me rodeaba. Hasta el punto que mis amigos se preocuparon. Todos, menos Santi Millán que estaba (y sigue) peor que yo. Le propuse propagar nuestra obsesión y repartir unas cámaras entre conocidos con el fin de ir recopilando la mirada de todos ellos. Así nació captura. Aprovechando el magnifico soporte que supone Internet para exponer diariamente una suerte de documentalismo poético. De fotografía compulsiva. De psicología visual. No sé muy bien lo que es pero es que hay cosas que no se pueden explicar, sólo disfrutarlas. (A ver, póngase así, juntos, que voy a hacerles una foto).

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miércoles, 18 de mayo de 2005

Entre castillos cátaros y viñedos



Este artículo fue publicado en El Periódico de Catalunya, el sábado 7 de mayo. Tanto la foto, la fortaleza de Carcasona con unos viñedos en primer término, como el texto corresponden al autor del bloc, Txerra Cirbián (copyleft)

Carcasona

Una forma de aprovechar un largo fin de semana como el próximo, el del segundo Lunes de Pascua (16 de mayo), es efectuar una escapada que combine placer, descanso, cultura y gastronomía. En esta ocasión les proponemos una escapada a la cercana región francesa del Aude, una ruta entre castillos cátaros y viñedos, que abundan en la zona. No es cuestión de recorrer cuanto más, mejor, sino paladear sin excesos. Puede empezar el viaje por el punto más alejado y, luego, ir regresando poco a poco. Por ejemplo, la magnífica ciudad amurallada de Carcasona está a sólo 300 kilómetros de Barcelona por autopista, y posee una apreciable capacidad hotelera, desde el famoso y carísimo Hotel de la Cité, donde durmió Kevin Costner mientras rodaba su Robin Hood, o el agradable Donjon, hasta un Formule 1 en las afueras por 30 euros. Además de pasear por sus callejuelas medievales, entrar en su castillo y contemplar las vidrieras de la basílica de Saint-Nazaire, el visitante puede recorrer sus dos kilómetros de murallas e, incluso, acercarse a la vinoteca del lugar. La oficina de la Maison du Languedoc Roussillon en Barcelona ofrece toda la información precisa para el viaje (Pau Claris, 77. 933.427.225).

Homps y la Fontfroide

Camino de Narbona, el pueblo y puerto de Homps es un punto de partida de los paseos fluviales por el Canal du Midi. Entre otros atractivos, tiene un encantador hotel y restaurante llamado L''Arbousier. No lejos, al otro lado de la autopista A-61, se ha de visitar la semiescondida abadía cisterciense de Fontfroide (siglo XII).

Limoux, la capital del 'blanquette''

Esta región francesa es un inmenso viñedo, con cepas, perfectamente alineadas. Son muchas las denominaciones (Cabardès, Corbières, Fitou, Faugères, Minervois...), pero es casi imprescindible una visita a Limoux, a escasos kilómetros de Carcasona, la capital del blanquette, excelente vino blanco achampañado con Denominación de Origen (DO). Entre ambas ciudades hay numerosos domaines que son visitables y en los que se puede comprar botellas directamente, como en las cavas Martinolles, situadas muy cerca de la bonita abadía de Saint Hilaire y que gozan de merecida fama. Y en el mismo Limoux, el restaurante de Le Grand Hôtel Moderne et Pigeon, que dirige el famoso chef Jean Luc Desmoineaux, es de obligado peregrinaje gastronómico.

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sábado, 14 de mayo de 2005

La mentira del pobre

Este artículo de Joan Barril apareció en la contraportada de El Periódico de Catalunya, en su edición del 13 de mayo.

DICEN QUE la impostura de Marco da alas a los negacionistas del Holocausto. Denunciarle en estos días le ha convertido en espectáculo. ¿Tan urgente era delatar a un enfermo ¿Quién no ha mentido jamás

Ayer fue, por lo visto, el día de la mentira. Miren. El presidente de Baleares, que acababa de superar la sospecha de haber hecho votar a ciudadanos de Formentera perdidos en ultramar, se refugiaba en la declaración por escrito ante una acusación de espionaje electrónico a miembros del Gobierno del PSOE cuando mandaban en las islas. El que fuera el gran abogado del establishment político catalán, Joan Piqué Vidal, continuaba imputado en una red de blanqueo de dinero. Algunos políticos antiguos manifestaban ante el juez que nunca supieron nada del desvío de fondos en la Conselleria de Turisme. La presidenta del Consejo de Seguridad Nuclear, María Teresa Estevan, había dado una mano de pintura y maquillaje a las acusaciones tan certeras como alarmantes sobre el pésimo estado de Vandellòs 2. El dúo financiero conocido como los Albertos declaraban ante los juzgados por falsedad de pruebas en el caso Urbanor.

Todo eso se podía leer en la prensa de ayer. Pero la guinda la aportó el que durante años fue presidente de la Amical de Mauthausen, Enric Marco, que tuvo que admitir que no había estado jamás en un campo de exterminio y que su vida había sido una ficción. Ayer Marco fue sometido a un durísimo juicio. Se le obligó a mirar a la cámara, a pedir perdón y a tener que explicar lo que probablemente ni él mismo podía explicarse. Mientras tanto, el resto de egregios mentirosos continuaban en sus cargos y en sus poltronas y ningún periodista les humilló delante de la opinión pública. A menudo ser fuerte con el débil equivale a ser débil con los fuertes.

Enric Marco es uno de esos sociópatas que entraron en la vía muerta de la falsedad y que han acabado siendo unos impostores de largo recorrido. La mayoría de mentirosos miente por interés, por amor, por salvar la vida. Los sociópatas mienten por vanidad o simplemente porque ya no podrían demostrar que no son lo que ellos han interiorizado que son. Un día me saltaban las lágrimas cuando Marco nos contó el episodio de la partida de ajedrez. Decía Marco que se encontraba en el campo de concentración enseñando a jugar a otro preso cuando la sombra de un SS se proyectó sobre el tablero. El SS apartó al aprendiz y desafió al mediterráneo Marco con todas las consecuencias. Era evidente que el SS quería humillarle con una derrota. Y también era evidente que, si Marco ganaba, el SS le pegaría un tiro. Marco jugó y ganó. Y ante la cámara decía: "Aquel día gané la batalla de Stalingrado".

Ahora sabemos que nada de esto sucedió y nos sentimos defraudados y doloridos porque un farsante se ha revestido del sufrimiento y la muerte de muchos que no están aquí para contarlo. Pero el impostor fue un apóstol de la causa que quiso abrazar. No buscó la notoriedad de los micrófonos sino la didáctica de las escuelas. Tal vez incluso percibió un pequeño sueldo por narrar una historia que jamás fue suya. Se vio arrastrado por una mentira que la gente deseaba escuchar. Pero Marco sólo es un sociópata común y no un delincuente de cuello blanco. No merece comprensión. Pero los otros tampoco merecen esa honorabilidad impune de la que alardean.

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viernes, 13 de mayo de 2005

La mentida del pobre

Aquest article d'en Joan Barril va apareixer a la contraportada de El Periódico de Catalunya, a la seva edició del 13 de maig.

DIUEN QUE la impostura de Marco dóna ales als negacionistes de l'Holocaust. Denunciar-lo en aquests dies l'ha convertit en espectacle. ¿Tan urgent era delatar un malalt? ¿Qui no ha dit mai mentides?

Ahir va ser, sembla, el dia de lamentida. Mirin. El president de les Balears, que acabava de superar la sospita d'haver fet votar ciutadans de Formentera perduts a ultramar, es refugiava en la declaració per escrit davant d'una acusació d'espionatge electrònic a membres del Govern del PSOE quan manaven a les illes. El que va ser el gran advocat de l'establishment polític català, Joan Piqué Vidal, continuava imputat en una xarxa de blanqueig de diners. Alguns polítics anticsmanifestaven davant el jutge que no van saber mai res del desviament de fons a la Conselleria de Turisme. La presidenta del Consell de Seguretat Nuclear, María Teresa Estevan, havia donat una mà de pintura i maquillatge a les acusacions tan certes com alarmants sobre el pèssim estat de Vandellòs 2. El duo financer conegut com a «els Albertos » declaraven davant els jutjats per falsedat de proves en el cas Urbanor.

Tot això es podia llegir a la premsa d'ahir. Però la guinda la va aportar el que durant anys va ser president de l'Amical de Mauthausen, Enric Marco, que va haver d'admetre que no havia estat mai en un camp d'extermini i que la seva vida havia estat una ficció. Ahir Marco va ser sotmès a un duríssim judici. Se'l va obligar a mirar a la càmera, a demanar perdó i a haver d'explicar el que probablement ni ell mateix es podia explicar. Mentrestant, la resta d'egregis mentiders continuaven en els seus càrrecs i a les seves poltrones i cap periodista els va humiliar davant de l'opinió pública. Sovint ser fort amb el feble equival a ser feble amb els forts.

Enric Marco és un d'aquests sociòpates que van entrar a la viamorta de la falsedat i que han acabat sent uns impostors de llarg recorregut. La majoria de mentiders menteixen per interès, per amor, per salvar la vida. Els sociòpates menteixen per vanitat o simplement perquè ja no podrien demostrar que no són el que ells han interioritzat que són. Un dia em saltaven les llàgrimes quan Marco ens va explicar l'episodi de la partida d'escacs. Marco deia que era al camp de concentració ensenyant a jugar un altre pres quan l'ombra d'un SS es va projectar sobre el tauler. L'SS va apartar l'aprenent i va desafiar el mediterrani Marco amb totes les conseqüències. Era evident que l'SS volia humiliar-lo amb una derrota. I també era evident que, si Marco guanyava, l'SS li dispararia un tret. Marco va jugar i va guanyar. I davant la càmera deia: «Aquell dia vaig guanyar la batalla de Stalingrad».

Ara sabem que res d'això va succeir i ens sentim defraudats i adolorits perquè un farsant s'ha revestit del sofriment i la mort de molts que no són aquí per explicar- ho. Però l'impostor va ser un apòstol de la causa que va voler abraçar. No va buscar la notorietat dels micròfons, sinó la didàctica de les escoles. Potser fins i tot va percebre un petit sou per narrar una història que mai va ser seva. Es va veure arrossegat per una mentida que la gent desitjava escoltar. Però Marco només és un sociòpata comú i no un delinqüent de coll blanc. No es merei xcomprensió. Però els altres tampoc es mereixen l'honorabilitat impune de la qual presumeixen.

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Entrevista con Imma Turbau

Entrevista de Maria Eugènia Ibáñez a Imma Turbau en El Periódico de Catalunya.

Imma Turbau convierte en novela una oscura historia de adolescentes

Por M. EUGENIA IBÁÑEZ

Imma Turbau quería escribir una historia de adolescentes, esa etapa borrosa entre la infancia y la edad adulta cuyas secuelas, a veces, se purgan a lo largo de toda la vida. Montó la novela a partir de un hecho que atrapa a dos jóvenes, un chico y una chica, y del que ambos se defienden de forma muy distinta: él para perderse en la obsesión, ella para convertirse en una superviviente. El juego del ahorcado, tragedia o historia de amor, primera obra de la autora, se ha presentado en Barcelona.
Turbau (Girona, 1974), periodista, decidió muy joven alejarse de su ciudad natal, porque, asegura, "lo que se aprende viajando no te lo quita nadie". Precoz emborronadora de folios, dice haber escrito no menos de cuatro novelas que no juzgó dignas de someter al juicio del lector, pero no fue éste el caso de la última, que redujo a la mitad para lograr uno de los objetivos que, dice, debe cumplir toda novela: entretener.
El pulido final de El juego del ahorcado (Mondadori) encontró a la autora en Lisboa, por lo que ofreció el original a dos editoriales, una portuguesa y otra española. Corrió más la primera y en Portugal se publicó hace meses y allí ha superado el recelo que impone una escritora debutante. La obra arranca con un suicidio, que se produce cuando la juventud de los protagonistas ha quedado lejos, los dos se han separado, y sólo permanece vivo el recuerdo de aquella adolescencia que les marcó.
Es la mujer quien, a lo largo de una noche, relata los años claves de su juventud, explica el hecho del que fue víctima, la reacción de su amigo y el comportamiento de éste, que evolucionó hacía la obsesión, desequilibrios mentales e intentos de suicidio que, al final, logran su objetivo. La novela transcurre en una ciudad innominada que se puede identificar como Girona, con algunos escenarios inventados, tiene un lenguaje directo y mantiene un ligero tono de intriga hasta el final.
Turbau explicó que la novela puede tener varias lecturas y que le ha sorprendido la diferente interpretación que hacen los lectores según sean hombres o mujeres. Los primeros ven en el chico a la víctima, al antihéroe que debe morir para serlo, mientras las segundas le consideran alterado por una obsesión malsana de tintes machistas. La novelista no juzga ni a uno ni a otra: "Los dos buscan su particular salida al conflicto y se enfrentan a la vida con actitudes muy distintas".

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