jueves, 25 de agosto de 2005

Vicente Ferrer


Foto de Maite Cruz para El Periódico.

Hace 10 años, en octubre de 1995, realicé la siguiente entrevista a Vicente Ferrer. Estaba enfermo y acababa de ser atendido en un hospital de la parte alta de Barcelona.

Un misionero laico y combativo

Vicente Ferrer, ex jesuita, tiene 75 años. Más de 40 los ha pasado en la India. Propone apadrinar a niños con una pequeña cantidad que allí se multiplica. Tras sufrir un problema cardiaco, descansa unos días en Calella.

-- ¿Qué le ha pasado para estar hospitalizado en Barcelona?
-- He tenido unos problemillas. Cuando llegué a España tuve un pequeño problema cardiaco. Ha sido providencial, porque así me han cuidado para que pueda volver pronto a trabajar.
-- ¿Pero ya está pensando en volver a la India?
-- Como toda enfermedad, esto es algo secundario.
-- Usted fue jesuita (1950 a 1969) y lo dejó para involucrarse en los problemas sociales.
-- Todos los hombres tienen una vocación original a hacer el bien a los demás. El sacerdocio es la profesión que escoge, por excelencia, ser un hermano de los demás. Yo quise ese sacerdocio original y descubrí que antes que la vocación litúrgica, tenía una vocación humanística.
-- Eso parece muy próximo al socialismo o al comunismo.
-- No. Ellos se aproximan a nosotros. Sus principios contienen todos estos valores de hermandad. Aunque si el cristianismo como el budismo, por amor, no han conseguido hermanar a la humanidad, el comunismo, por la fuerza, tampoco. Por eso, hemos de volver a lo primero.
-- ¿Cómo se ve a Occidente desde la India?
-- Con una visión global, y nos horrorizamos, claro. Como si estuviéramos delante de un precipicio. La gente tiene la gran responsabilidad de salvar la Tierra y de salvarse a sí misma.
-- ¿Por qué propone apadrinar a niños indios?
-- Es quizá la forma más práctica de obtener recursos. Permite planificar a largo plazo en educación, sanidad, agricultura. Eso nos ha empujado a crear la fundación.
-- ¿Y sólo con 2.000 pesetas al mes por persona les vale?
-- El mejor médico de nuestra área cobra unas 20.000 pesetas al mes. Por eso, el bien que se hace allí con 2.000 pesetas es mucho mayor que el que podrías hacer aquí con ese dinero. Ahora tenemos 20.000 alumnos. La educación produce unos resultados que no se pueden medir con dinero, porque cambias la vida de las personas. Para los intocables la única oportunidad de salir de la discriminación es, al menos, saber leer y escribir.
-- Aún parece usted un jesuita.
-- Cuando se ha vivido y reflexionado, terminas por ser una persona contemplativa en la acción. Hay algo que procede de mi paso por la Compañía de Jesús: la excelencia en el trabajo; lo que para otros hubiera sido mucho, para mí es poco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

He tenido la grandísima suerte, la bendición y el honor de conocerlo. Me rescató de un abismo y me enseñó un secreto para lograr felicidad: la filosofía y la práctica de la "acción buena". Ahora que está enfermo he buscado novedades en la red. Grias por recoger sus palabras